•TROLLS & WIZARDS•

•21•

A la mañana siguiente, Douxie se levantó temprano para aprovechar que era domingo y no tenían escuela, así podría empezar su entrenamiento mágico con Claire para ayudarla a controlar su magia.

-¿Douxie? ¿Qué haces en el patio tan temprano?- le preguntó Bárbara una vez que salió por la puerta trasera que daba al jardín.

-¡Oh! Buenos días, Bárbara.- la saludó el mago con cortesía- Sólo quiero aprovechar el día para entrenar a Claire, mientras más rápido nos hagamos más fuertes, más rápido recuperaremos nuestro hogar.- respondió a su pregunta con una animada sonrisa, expresión que contrastaba con la de la doctora al leer el título del libro que tenía en la mano.

-¿"Magia de las Sombras: la magia negra"?- leyó en voz alta sin estar segura que no fuera peligroso- ¿Y no crees que algún vecino o cualquiera que pase por la calle los vea usando magia?- señaló mirando a los alrededores.

-Ya pensé en eso, he colocado un campo de invisilidad en el jardín, la gente lo verá vacío, ni siquiera podrán oírnos.- Casperan sonrió con arrogancia y Bárbara soltó un suspiro.

-Parece que lo tienen todo controlado.- murmuró para luego mostrar una genuina sonrisa- Pero primero entra a desayunar, lo demás ya se levantaron. Iré a prepararles algo.- le indicó, antes de remover suavemente sus cabellos negros y el joven rió. Aquella acción le recordó tanto a su papá y sonrió con nostalgia.

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Claire terminó de lavarse los dientes y escuchó unos toques en la puerta del baño.

-Adelante.- murmuró mientras se secaba el rostro con la toalla, luego sonrió al ver a Jim abrir la puerta.

-Lamento no habértelo preguntado en el desayuno, pero... ¿Qué tal dormiste?- le cuestionó con una sonrisa de lado, mientras se recostaba en el marco de la puerta.

-Después de nuestra plática de anoche, muy bien, de hecho. Más tranquila.- contestó la princesa dejando la toalla en su lugar y luego salió del baño que compartía con su mejor amigo, el Lake cerró la puerta y observó por la ventana de la habitación a Toby corriendo en el jardín con Hisirdoux.

-¿Sabes? No tienes idea de lo importantes que son para mí.- le mencionó, antes de tomar su mano entre la suya- Si nuestro destino era conocernos para acabar con la guerra, lo agradezco de corazón.- añadió, mientras la de cerquillo blanco utilizaba su mano libre para acariciar con delicadeza su mejilla. Después, ambos se quedaron mirándose a los ojos.

Sin embargo, su burbuja romántica se rompió cuando alguien tocó la puerta de la habitación tenuemente, ambos pelinegros se separaron de inmediato y voltearon alarmados de quién se trataba.

-¡Mamá!- exclamó Jim en un balbuceo, mientras se frotaba su brazo izquierdo con nerviosismo- ¿Qué sucede?- preguntó con una sonrisa forzada.

-Los chicos los esperan. Douxie está impaciente.- avisó la adulta con una sonrisa pícara.

-Ahí vamos, gracias.- dijo el muchacho y ella se fue.

-Será mejor apurarnos. Douxie se estresa rápido cuando espera.- habló Claire sin atreverse a mirarlo siquiera, así que se apresuró en caminar y salir de la habitación. Jim la vió embobado por unos segundos para después seguirla.

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-¿Qué tanto hacían allá arriba, ah?- les cuestionó Tobías una vez que llegaron con ellos y se sonrojaron al instante.