•TROLLS & WIZARDS•

•22•

El timbre de salida resonó por los pasillos de la escuela, Claire tomó su bolso y salió con total rapidez del salón, dejando desconcertados a sus amigos. El Lake frunció el ceño y se dispuso a ir tras ella. Sin embargo, Douxie lo tomó del brazo y lo frenó.

-Algo debe estar preocupándole, si es así, ella no puede controlar fácilmente sus emociones, así que necesito estar cerca.- le habló con seriedad y pausadamente- No te preocupes, yo me encargo de ella, sé cómo tratarla cuando está así.- le aseguró con más calma y el cazatrolles sonrió levemente.

-Está bien.- aceptó él en un murmuro y el mago salió del salón en busca de la princesa.

-Como que desde anoche está rara, ¿no?- le cuestionó Toby una vez que se quedaron solos en el lugar- Hasta yo lo noté antes de irme de tu casa anoche.- comentó en un tono burlón, pero sus palabras llamaron la atención de Jim.

-¿A qué te refieres, Tobes?- le preguntó curioso y alzando una de sus cejas.

-Anoche cuando llegamos Douxie y yo de liberar a Blinky, tuve la sensación de que ella estaba evitándote. Bueno, los dos estuvieron algo raros y tensos, pero a ella se le notó mucho más, al menos, hasta que me fui.- respondió de inmediato, mientras cogía su mochila y ambos salían a los pasillos- ¿Hay algo que me quieras contar, Jimbo?- ahora le tocó preguntar a él con una ceja alzada, expresando su sospecha.

James abrió los ojos lo más que pudo y vió de reojo a su mejor amigo.

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Le Fay salió del servicio higiénico de mujeres soltando un suspiro, pero toda calma y tranquila que tuvo al mojarse el rostro, la perdió cuando fue intervenida por el Casperan apenas dió unos pasos.

-¿Estás bien? ¿Qué sucede?- preguntó el chico observándola con preocupación.

Claire frunció el ceño, giró su cuerpo y empezó a caminar en dirección contraria a él, no tardó en escuchar sus pasos apresurados para alcanzarla. La princesa se sintió mal por tratarlo así y negarse a hablar con él, especialmente, porque sabía que Douxie estaba genuinamente preocupado en que algo le pasaba. No obstante, se moría de pena y malestar el confesarle que había besado a Jim la noche anterior cuando Tobías y él no estaban.

-Oye, sabes que no puedes ignorarnos por siempre, ¿verdad?- le cuestionó de nuevo cuando ya caminaba a su lado. Pero ella seguía ignorándolo- ¡Claire!- la llamó un poco más serio y desesperado.

-¡Está bien!- gritó ella frustrada cerrando los ojos con fuerza para después abrirlos y mirarlo con enojo- Joder, sí que eres insistente.- bramó haciendo puños sus manos. En ese momento, las luces de aquel pasillo empezaron a parpadear, mientras que sombras invadían las paredes; Claire se asustó y relajó su cuerpo para evitar usar su magia.

-Inhala y exhala profundo.- le indicó el hijo de Merlín con calma y ella acató sin rechistar.

Al exhalar las luces dejaron de parpadear y las sombras a su alrededor desaparecieron, la princesa llevó una de sus manos al pecho suspirando de alivio y el mago pasó una de las suyas por su cabello removiéndolo.

-Tengo que controlar mejor eso.- se autocriticó la pelinegra- Por suerte no había nadie en este pasillo.- comentó.

-¿Qué es lo que te puso así?- Hisirdoux no tuvo molestias en querer ir al punto.

Claire rodó los ojos, lo conocía muy bien. Él no iba a detenerse hasta saber la razón. Sólo le quedaba confesar.

-Pues, yo anoche... Cuando ustedes se fueron anoche yo...- se dió cuenta que empezaba a balbucear y se irritó, por lo que lo soltó de golpe- Yo besé a Jim cuando ustedes no estaban.- reveló rápidamente, pero aún así, el mago logró entenderla.