•Epílogo•

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-..."¡Avaro! Tomárselo todo, sin dejar ni una gota amiga para ayudarme a ir tras él! Quiero besar tus labios; ¡acaso exista aún en ellos un resto de veneno!"- recitó Claire frente a un auditorio lleno, mientras veía con pesar el "cuerpo sin vida" de Jim reposando en una mesa decorada.

Tomó con delicadeza su rostro entre sus manos y plantó un beso en sus labios.

-"¡Tus labios están calientes!"- siguió con su papel para después observar una daga falsa y acercar la parte filosa a su vientre- "¡Oh, dichoso puñal! Esta es tu vaina; reposa ahí y déjame morir."- citó y fingió apuñalarse para dejarse caer suavemente sobre el cuerpo de su amada.

De esa forma, la obra se dió por conclusa.

El auditorio estalló en aplausos y vítores, mientras que el telón se cerraba y nuestros protagonistas ya podían salir de sus personajes, cuando la pareja se incorporó dejando a la chica en el suelo y el pelinegro sentado sobre aquella mesa, Jim fue ahora quien tomó de las mejillas a su novia y empezó un efusivo beso que los dejó a ambos sin aliento, hasta que escucharon un carraspeo cerca de ellos.

-¡Romeo y Julieta deben despedirse de la audiencia!- les regañó la maestra al mismo tiempo que les señalaba el escenario, pero con una pícara sonrisa que no pudo evitar mostrar.

Los jóvenes se sonrojaron y, sin poder decir una palabra, salieron al escenario tomados de la mano y, una vez al frente, hicieron la típica reverencia de agradecimiento al público para ser aún más ovacionados. En primera fila vieron a sus amigos, Bárbara y a Morgana, quien le pidió a la doctora que le preste ropa para pasar como una simple humana y poder ver la primera obra de su hija.

Sólo había pasado una semana desde su victoria sobre los Gumm Gumm y sus vidas estaban más que felices.

Al menos, hasta que llegue el momento de tomar una decisión.

• • •

-¡Estuvieron fabulujosos!- exclamó Toby una vez que entraron a la casa Lake y se acomodaban en el comedor para disfrutar de la cena que Bárbara había preparado para la ocasión. Se dieron con la sorpresa que Draal, Blinky y AAARRRGGGHHH ya estaban en la casa y habían arreglado la mesa.

-Sé que no es lo que se acostumbra a comer en un castillo, pero espero que sea de su agrado.- le dijo la doctora a la princesa, quien sonrió agradecida, mientras Jim ayudaba a su madre repartiendo los platos.

-Se ve delicioso y, por favor, aquí olvide que somos de la realeza.- pidió Morgana una vez que tanto Bárbara como Jim tomaron sus asientos.

-Hablando de realeza...- intervino Douxie con algo de nerviosismo- Creo que es momento de tomar decisiones.- dijo mirando directamente a su amiga, quien desvió con inconformidad la mirada.

-Preciosa, por más que nos duela, es una conversación que debemos tener.- habló el cazatrolles mirándola con pesar.

-Pero ya no hay nada que conversar.- refutó ella sintiendo sus ojos cristalizarse y un nudo formándose en su garganta- No hay más opciones, tomé el reinado en el golpe de Estado, mi deber es con mi reino y con mi gente; tengo que regresar y eso significa... Es que yo no puedo pedir que vengas conmigo, Jim, no puedo ser tan egoísta.- tuvo que hacer una pausa, antes de su última oración, puesto que no podía permitir quebrarse en ese momento.

El ojiazul apretó sus manos en puños bajo la mesa y mantuvo una expresión estoica para no dejar que ella lo veo derrotado.

Su relación no podía quedar allí.

No obstante, un carraspeo llamó la atención de todos y voltearon a ver a cierta ojiverde que lo emitió.

-No tienes que regresar a Camelot si así lo deseas, hija.- le indicó a Claire con una leve sonrisa, la aludida la observó con desconcierto- Si tu decisión es quedarte a disfrutar de este mundo, la actuación, tus amigos y Jim; mi hermano podría volver a tomar su lugar en el trono y liberarte de cualquier poder.- le explicó con seriedad y un pequeño brillo de esperanza apareció en los ojos de la pareja.

•TROLLS & WIZARDS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora