"𝘝𝘪𝘷𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘌𝘭 𝘋𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰".
𝘼𝙞𝙢𝙚 𝙏𝙖𝙣𝙖𝙠𝙖 | ❝ Vive el presente sin olvidar el pasado, pero siempre mirando hacia el futuro. ❞
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Aime Tanaka, siendo una muchacha huérfana, se obligada a mantenerse sola, en un pueblo d...
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Anteriormente:
—Ellos son mis compañeros, Agatsuma Zenitsu y Hashibira Inosuke.— Tanjiro parecía tan feliz, al contrario de Aime, quien intentaba ignorar las miradas de Zenitsu.
En ese instante, la castaña supo que su estadía en el Distrito Rojo ya no sería normal, o más bien, tranquila.
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Actualidad:
Por lo que la castaña noto, esos muchachos no eran malos, eso sí, sus apariencias daban a cuestionarse internamente: "¿Por qué?". El tal "Inosuke" parecía una chica, sus rasgos delicados y el Kimono cubrían bien su masculinidad; Zenitsu...bueno, el pobre rubio tenía la cara maquillada espantosamente horrible, dudo si alguna persona lo haya comprado para servirle a las Oiran en su estadía; por último, Tanjiro, el lucia bien, ni mal, ni bien, solo se cuestionó el porque andaban así.
Saliendo de sus pensamientos, sacudió la cabeza he hizo una reverencia.
—Tanaka Aime, vengo del pueblo Michigan.— volvió a su postura anterior, y notó la confusión de Tanjiro. —Michigan es un pueblo muy lejano al Distrito Rojo y otros lugares, los que conocen el sitio, creen que sus habitantes murieron a manos de los demonios.
El soltó un "oh" largo, supuso que tampoco lo conocía.
Zenitsu solo la miraba, su linda piel pálida y aparentemente suave brillaba levemente, oh, su hermoso cabello castaño atado a esa trenza mal hecha, pero, para el, estaba peefecta; y por último, sus ojos, le recordaba a los árboles en privamera, brillosos y de un tono oscuro, como las hojas. ¿Será que en Michigan hay mujeres como ella? Se moriría, se imagino como Uzui Tengen, el Pilar del Sonido. Tres esposas hermosas y fuertes, Nezuko, esa belleza llamada "Aime", y...
Soltó un chillido, irritando a Inosuke.
Le faltaba otra esposa, no sería feliz sin otra mujer a su lado.
Y de sorpresa, Zenitsu recibió un puñetazo en la nariz, regalito de Inosuke. Aime y Tanjiro giraron en dirección a ambos, sorprendidos ante tal acción inesperada.
Estando el rubio en el piso, se cubrió la nariz, y furioso le gritó. —¡¿Qué rayos haces, animal?!— El pelinegro bufo, y le dió la espalda, alzando aún más la ira de Zenitsu. —¡No me des la espalda!
La castaña, se quedó viendo a los dos. Algunas personas se asomaban a ver qué pasaba en la calle, vergüenza sintió cuando ya oia los murmullos.
—¡Este no es sitio para luchar!— El muchacho con la cicatriz en la frente les gritó a los dos. —Hay cosas que se pueden romper, tenemos una misión.
¿Misión? Aquello le levantó el interés a Aime, ¿Se trataban de cazadores, como Michikatsu? Sonrió de oreja a oreja, ¿Podría saber más sobre el Kakushi?
