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No supo exactamente si aquello que haría a continuación, podría ser aceptado por la mujer de ojos similares a dos perlas lilas

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No supo exactamente si aquello que haría a continuación, podría ser aceptado por la mujer de ojos similares a dos perlas lilas.

Sabía de la existencia de Tamayo, y sus grandes habilidades con la medicina y trata profesional de plantas medicinales, y su más grande creación, Yushiro, quien transformó en un demonio sin ayuda de nadie, debido a la grave enfermedad terminal que amenazó con matarlo. Ahora, si ella pudo convertir a un humano en demonio, ¿Podría transformarlo en mortal antes de tiempo?

Su larga melena negra se movía suavemente por el viento, y sus ojos, miraban la casa de aquella mujer, estaba lo suficientemente lejos para que ella y su acompañante no lo viesen, o sintiese. Jamás los conoció en persona, ni tuvo algún trato por algo, pero en esta ocasión necesitaba "ayuda", y ella, más que nadie, podría tener la solución; sus ojos se entrecerraron, apostó que Tamayo le podría pedir algo a cambio, quizás muestra de sangre para analizar, o algún tipo de pedido ilegal.

Levemente confiado, bajo del techo de aquella casa, y camino por las calles vacías, sabía que la casa de ella estaba oculta para que Muzan no la buscase, lo tenía todo analizado e investigado, jamás hacia algo sin averiguar todo lo que necesitaba, y más ahora. Tampoco se le haría difícil matarlos si armaban algún plan para matarlo a el. Descartó aquello, Tamayo no era violenta, y su ciervo menos si ella lo ordenaba.

—Tu olor es muy fuerte, sabía que andarás por aquí.

Volteo, y pudo ver de quién se trataba aquella voz femenina.

Tamayo estaba a unos metros de el, acompañada de Yushiro, quien parecía un gato furioso.

—Necesito tu ayuda, Tamayo.— Aquellas palabras hicieron que los ojos de ambos demonios se abriesen, sorprendidos. Pero no mostraron mucho aquel sentimiento.

—¿Ayudarte? ¿Que necesita una Luna Superior de un demonio exiliado?— La mujer acomodó su kimono, mientras le hacía una seña para que la siguiese, ella se dio cuenta que el no hablaría allí afuera.

...

—Se que has transformado a Yushiro en demonio. Y por esa razón, quería saber si tú tienes la habilidad de transformar demonios en humanos.

El ambiente de aquella pequeña sala se enfrió de golpe, y el fuego de las velas pareció moverse salvajemente por unos segundos por la extraña correntada de aire.

—Si, tome el riesgo y rescate a Yushiro de una muerte dolorosa, sin embargo, jamás probé, o intente aplicar tu duda en un demonio.— Tamayo estaba relajada, ya que la Nichirin de la Luna Superior estaba apoyada en un rincón de la sala. —Si no es molestia, quisiera saber el motivo de tu duda, ya que, me estás alentando en probar esto.

Kokushibo movió su cabeza, y ella entendió, Yushiro debía de retirarse, ya que no lo quería en la sala, aparte de ser un pesado, era quejoso, y no andaba por tolerar alguna crítica a su pedido.
Por suerte, Tamayo no tuvo problemas en que su compañero se fuese, y por fin, estando frente a frente, el optó por decirle todo.

—Hace aproximadamente nueve meses atrás, me enamoré de una mujer humana, y de esto, ella está embarazada.— Tamayo palideció de golpe. —Muzan-Sama no lo sabe, y no está interesado en ella, el problema aquí es que he tomado la sería decisión de auto-exiliarme para cuidar a Aime y mi futuro hijo.

"Desde el inicio, tuve las dudas de saber si Muzan-Sama muere, nosotros, sus seguidores, ¿Moriremos con el? Usted es tan antigua como el, y tiene conocimientos más grandes que yo en este aspecto, por eso he recurrido a buscarla."

El silencio entre ambos era intenso. Como notó el, ella estaba pálida al escuchar cada palabra, pero tenía fé en que podría darle una solución.

—¿Sabes el grado de peligro que es engendrar un bebé con un ser humano? ¡Altísimo! ¡Los Nefilim son un peligro para nosotros los demonios, y ni hablar de los humanos!— El ya lo sabía, y ya no habría vuelta atrás. —Pero...escuchando lo demás, es un paso suicida traicionar a Muzan ahora, y más que los cazadores están muy cerca de el. Con la muerte de muchas Lunas Superiores, deberás de tomar medidas drásticas, y esa es permanecer lo más lejos de Muzan, o los mismos cazadores. Si no me equivoco, quedas tú, Akaza, Muzan, Nakime y Kaigaku.

Y no se equivocaba, muchas muertes hubieron en esos siete meses que pasaron, ni el estaba al tanto de eso, más bien, Aime era su centro de atención ahora, ni siquiera su pupilo Kaigaku, si se era sincero, ya no le importaba en lo absoluto, si moría, que lo hiciese, se había arrepentido hace cuatro meses atrás de haberlo transformado en demonio, era un verdadero dolor de cabeza.

—¿Podrá ayudarme en esto? Aime dará a luz en dos meses, y dentro de poco, Muzan-Sama caerá, no puedo abandonarla a ella, ni a mi hijo.

Tamayo había dudado, pero él tenía una meta muy importante, y era cuidar a su nueva familia. Ella se dio cuenta que, ya Yoriichi no era su objetivo, su mirada no mostraba irá, venganza o rabia como años atrás, solo un brillo insignificante de esperanza, y como parecía demostrarlo, ella era su única era su única salida.

—Bien, tomaré tu pedido, pero antes de que te vayas, tendré que sacarte muestras de sangre. De lo que salga tu análisis, deberé de usar medicamentos y así, intentar modificar tu sangre demoníaca.— Ella se paró y de una mesa, tomo una aguja, junto a seis frascos pequeños, vacíos.

El se dejó, y contesto unas varias preguntas que ella le hizo, incluso sobre Muzan. Ya no le importaba soltar información "secreta", el ya no formaba parte de Las Lunas Superiores, por lo tanto, podría decirle todo lo que ella quisiese saber.
Lo que si tenía en mente, era a Akaza, ¿Que haría? ¿Lucharía a favor de Muzan? El si era una incógnita, no podía negar que se volvieron cercanos, y hasta lo considero un buen compañero, pero viendo mejor el panorama...no quería imaginarlo.

Oyó la voz de Tamayo, anunciando que ya había obtenido lo que quería y eso logro sacarlo de sus pensamientos.
El se paró y tomo su arma, para colocarla en su cinturon nuevamente.

—Vuelve por aquí en dos días, se que obtendré resultados, y espero ayudarte.

Por primera vez, ella sonrió levemente. El asintió y le dio las gracias, ignorando olímpicamente a Yushiro, quien gruñía y lo amenazaba a susurros.
Estando fuera, desapareció rápidamente, le contaría a Aime lo que planeaba, todo, y con los detalles correspondientes, no había necesidad de que ella pasará por algún tipo de estrés, suficiente tenía con su propio cuerpo.

Por primera vez, la ansiedad golpeó su pecho, dejando un leve dolor, ¿Tendría su apariencia mortal otra vez? ¿Caminar bajo el sol cuando quisiese? En dos días, obtendrá una respuesta por parte de Tamayo, y por primera vez, deseo con intensidad que fuese posible.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora