XII

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Anteriormente:

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Anteriormente:

Se dió la vuelta, y vio a Kyosuke en la ventana, queriendo intentar ver si alguien estaba dentro.

Kokushibo se dió cuenta de que aquella mañana no sería normal con el muchacho presente.

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Actualidad:

Aime, saludo amablemente a Kyosuke, y rápidamente, le dió unas cobijas para que pudiese agarrar calor ante el terrible frío de afuera.

-¡¿Kyosuke-Kun?! ¡Es peligroso salir con este clima!- Soltó alarmada, la pobre castaña, quien, ya podía imaginarse lo que podría pasar.

El muchacho, solo sonrió falsamente. No estaba nada cómodo con la presencia de Kokushibo a unos metros de el, ni hablar de su aterradora mirada.
¿Cómo Aime podría pasar tiempo con ese hombre? Esa era una de las preguntas que se hacía mientras era guiado a la sala por la castaña.

-Justo nos has encontrado desayunando. Ha quedado té caliente y tres bolas de arroz, ¿Quieres acompañarnos?- El asintio, y Aime fue tranquilamente a la cocina, osea servirle a su compañero la comida.

Aprovechando que ambos estaban solos, Kyosuke cambio completamente, mostrándose amenazante, en un intento de intimidar al demonio, quien no se habia inmutado.

-Escucha con atención, Kakushi, pues no lo volveré a repetir.- Los ojos azules verdosos poco a poco, se volvían rojos. -Aime y yo estamos en algo, no quiero que estés estorbando, no lavando su cerebro con tus mierdas.

Cuando calló, una tensión cayó sobre ambos, demonio y humano. Parecía que, Kyosuke no sé estaba dando cuenta de la amenaza latente tenía frente a sus ojos. Por otro lado, Kokushibo contesto:

-Cuida tu lengua.- Sin más, el Kakushi notó como Aime los miraba de vez en cuando, intentando averiguar que pasaba. -Este no es tu hogar para amenazar, ni armando escándalos.

Normalmente, cualquiera que viese los mil colores que recorrían el rostro de Kyosuke, pediría disculpas sin pensar, y se iría, para jamás tener algún tipo de charla o encuentro.

-¿Te atreves...- Kokushibo decidió ponerle fin al asunto.

-Reconoce tu lugar.- Espetó en alto. Su voz, en aquella ocasión, salió más alto de lo que debió, incluso, el mismo piso, pareció levemente temblar.

Aime volteo rápidamente, y camino hacia la sala, aquella era su casa, y no permitiría que ellos dos se anduviesen peleando; recriminar a Kyosuke allí, podría costarle cuando estén solos, lo sabía, pero, tenía derecho de quejarse.

-¡Este no es lugar para discutir! Si desean hacerlo, la puerta está allí.- Señaló la entrada. Por unos segundos, se sintió intimidada por la mirada de los dos, pero no sé dejó. -No es una situación cómoda, y el día no favorece el ambiente, pero, si debemos de quedarnos juntos, al menos hagan silencio.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora