XXX

996 134 88
                                    

—No puedo dejar que Michikatsu-San me vea así

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo dejar que Michikatsu-San me vea así.— Le rogó a Aime a Minami, quien intento levantarla de la cama.

Ninguna de las dos durmió en toda la noche debido a lo enferma que se encontró Aime. De por sí, las náuseas atacaron más, junto a una fiebre de 39.7°, a un punto agonizante; Minami le hizo un baño helado, y de mera suerte, bajo a 37.6°. Eso no hizo que ninguna bajase la guardia, los vomitos por cualquier comida que se metiese a la boca, daban la sensación de incluso escupir sus mismos órganos, el cual, su estómago ya estaba adolorido.

—Esta situación es insostenible, Aime-Chan. No puedo darte nada de comer porque todo lo vomitas, ¡Hasta el agua!.— La muchacha paso su mano por el cabello desordenado. —Mientras dormías, fui al médico del barrio, ha de venir a domicilio.

Aime sabía que no podría contra ella, y más en ese estado, realmente quería ser atendida y resolver esa molestia que tanto tenía. Por suerte, mientras el señor Anko no llegaba, Minami hizo que comiera, al menos, una bola de arroz, solo una, cuando quiso comer menos de la mitad de una manzana, lo expulsó todo; entre lamentos y llantos dirigidos a Minami por haber ensuciado la cama, se limpio todo, hasta escuchar a Anko en la puerta.

Su amiga la acomodo en la cama otra vez, no sin antes de haberla limpiado, sentía como todos los síntomas volvían luego de haber vomitado.

Anko-San, bienvenido. Aime-Chan está en cama.— El anciano sonrio cálidamente, y siguió a Minami, quien lo guío a su cuarto. —Empezó ayer con náuseas, no es capaz de oler o comer algo sin que lo vomité, y en la madrugada, llegó a tener 39.7 de fiebre. — Estando dentro ya, el hombre se acercó a Aime, y abrió su pequeño maletero negro, dejando a la vista muchos utensilios médicos, como alcohol, agujas, gasas, tijeras, hilos, pastillas, algodón, parches de varios tamaños, vendas, jabón, pinzas, etcétera. Va, algunos logro identificar ambas.

—Aime-San, he de tomar una muestra de sangre para analizar, está misma noche probablemente traiga los resultados.— Ella asintio.

También, volvió a tomarle la fiebre, el cual ya se había elevado a 38.4. Sorprendiendo a Minami, quien le comento al señor que no había subido en toda la mañana.

—Hmm...no es raro, la fiebre tiende a ir y venir, lo cual se debe de controlar con un pastillas y paños de agua fría, y en caso extremo, como usted menciono, bañarla en agua helada.— Con los pequeños frascos llenos de sangre, los guardo, junto al termómetro, le dió un tipo de jarabe sabor mentol y se le dió por hacerle preguntas. —Dime, Aime-Chan, ¿Has tenido relaciones sexuales?

La nombrada miro a Minami, quien le hizo una seña para que hablase.

—Si, Anko-San, hace tres o cuatro meses atrás.— El la miro fijamente, el ya tenía la idea de un embarazo. Los síntomas eran obvios.

—He de sospechar que sea un embarazo. Tus síntomas son más que evidentes, el vomito, náuseas, fiebre; ¿Has recibido la menstruación?— Aime se hizo pequeña, y asintio, mencionando el mes pasado. —Es bastante común, hay mujeres que la tienen, y se corta en todo el embarazo, hasta dar a luz, quizás sea el último dentro de los nueve meses.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora