XLIII: Castillo Infinito 1/2

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Kokushibo bufó, molestó

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Kokushibo bufó, molestó.

Se suponía que aquella noche sería como cualquier otra, bastante tranquila y lejana a la lucha contra cazadores de demonios.

Pero se equivocó. Y abuso de confianza.

Recibiendo la dosis diaria de Tamayo, el optó por tomar otra ruta, debía de recoger algunas plantas medicinales para la mujer, quien necesitaba más para crear otras inyecciones.
Sin embargo, se vio en la necesidad de ir a la Fortaleza, no para oficializar su retiro, no, aún no era el momento, pero si para retirar algunas cosas de allí, según tenía entendido, Muzan no andaría en su oficina, por lo tanto,"tomaría prestado" algunos libros, con el objetivo de investigar más.

No obstante, la mala suerte se hizo presente luego de días.

Ya estando en el lugar, oyó estruendos en la lejanía, y como cantidad de shōji (puertas) caían al vacío, junto a muros gruesos. La Luna Superior Uno alzó su mirada, sorprendido, ¿Los cazadores ya habían encontrado el escondite? ¿Tan rápido? Y así fue, notó como Nakime luchaba contra Kanroji Misturi y Obanai Iguro, los respectivos Pilares del Amor y Serpiente luchaban, o intentaban hacerlo contra su compañera.
Esquivando varios materiales del sitio, optó por alejarse rápidamente al laboratorio, que no estaba tan lejos si iba al caso, pero a dar de confiado, casi, casi, le cuesta la vida.

En un acto sorpresivo, cayó Tokito Muichiro, el Pilar de la Niebla, quien se separó de Himejima Gyomei, Pilar de la Roca.
El muchacho aparentaba dieciséis años como máximo, no más, ni menos. Sin embargo, su apariencia, o rasgos, se le hicieron conocidos de algún lado. Con la espalda recta, y mirada fría, decidió hablar.

—¿Cual es tu nombre, muchacho?— La voz del demonio, logro congelar el alma de Muichiro por unos segundos.

—Tokito Muichiro.— Contesto el, en un sube susurro, y listo para luchar.

Pero, lo que realmente asusto al chico, fue la distante sonrisa de su oponente, dando a entender que algo estaba por hacer, y así fue. Antes de luchar, analizo el cuerpo del Muichiro, los músculos, huesos y el flujo sanguíneo. "Oh...", pensó Kokushibo, aparte de tener la misma fuerza de Tanjiro, o levemente inferior, pero, la sangre era similar a la de el.

Por otro lado, Tokito analizaba de pies a cabeza la apariencia de Kokushibo, aterrador, majestuoso, grande y aparentemente digno de ser lo que era. Sin embargo, observando el Kanji, la mueca de disgusto se hizo presente, no lo había notado, el era la Luna Superior Uno, la mas fuerte y destructora. Según tenía entendido.
Las esperanzas por eso habían disminuido enormemente, una lucha contra el sería un suicidio.

—Es inevitable que los "Tsugikuni" ya estén extintos, sin embargo, el linaje sigue en pie.— Muichiro, pálido, bajo la guardia. Su cerebro estaba a mil, intentando comprender las palabras del contrario. —Como dije, mi apellido ya pasó a la historia, pero, tu, Tokito Muichiro, eres mi descendiente directo.

El poco aire que corrió entre ellos, más el ruido, callaron de golpe, creando el irritante pitido en los oídos del Pilar.
¿Descendiente de la Luna Superior Uno? El horror en su rostro no tardó en hacerse presente.

—Si eso es así, ¿Usted maneja la Respiración del Solar? — Intento mantener la calma mientras le hacía esa pregunta. Sin embargo, fue totalmente ignorada.

—Admiro mucho tu forma de mantener la calma, me he cruzado con cazadores que fallecen de un ataque cardíaco apenas me ven.

Aquello dicho, Muichiro no supo como tomarlo si se era sincero, pero apostó que iba con burla. Kokushibo siempre tuvo ese lado burlón bien escondido, y era usado bajo un disfraz de firmeza y madurez. Cosa que no era muy sorprendente para aquellos que lo conocían a fondo, como Muzan.

Y la batalla comenzó.

...

En otra parte, lejos de la Fortaleza, Tamayo se arriesgo a salir de su Mansión, con el objetivo de conocer a Tanaka Aime, ya que esa muchacha era la razón por el cual Kokushibo tomo la brutal decisión de abandonar a Muzan.

Y cuando la vio, no lo creyó.

Junto a Yushiro, caminaron tranquilamente por el Distrito, observando a la gente comer, caminar en grupos de amigos, reírse, charlar, comprar, entre otras cosas muy comunes de los mortales.
Sin embargo, los ojos perlados de la mujer se posaron finalmente en Aime.

La chica veinteañera se reía acompañada de otra más alta, y de largos cabellos azules. La larga melena castaña de Aime estaba atada a una tranza bien hecha, y sus ojos, un verde intenso brillaban por las luces de las calles. Parecía un ser humano cargado de vida, y eso que estuvo rodeado de muchos a lo largo de los años; bajo su mirada, y vio el vientre, ya a poco tiempo de parir, se había sorprendido, ya que Kokushibo no especificó a cuántos meses andaba, y aquello alzó los sentidos.

—¡Yushino, debemos de darnos prisa con la medicación!— El muchacho, pestañeo rápidamente, y se alejó de ella, con el objetivo de buscar los otros ingredientes.

De mientras, Tamayo se acercó lentamente, hasta captar la atención de ambas chicas.

—Aime-Chan, es un gusto poder conocerte en persona.

La mencionada, sonrió confundida, hasta segundos después, darse cuenta de quién era.

—¡Cuanto le agradezco que haya considerado a Kokushibo-San! ¡Se que es considerado un enemigo para usted por ser leal a Muzan!— Le agradeció mientras sostenía más manos de la mujer.

—No hay necesidad de agradecer, lo hago por ti.

Y ante aquello, las dos se quedaron juntas, charlando sobre la frágil salud de Aime, Tamayo conocía de la osteoporosis, y podría encontrar alguna solución eficaz para ella, al menos, para que pudiese vivir plenamente y no empeorar con el tiempo.
Solo debía de esperar la llegada de Yushiro, y así, poner en acción los planes. Y no sólo ese...

Muzan debía de caer, y tenía la solucion para ello.

Pero...

Eso implicaba su vida.

Debía de dejar todas las medicinas antes de morir, nadie sabía de su plan, ni siquiera Yushiro, y por eso, se arrepentiría toda la vida, pero el plan debía de seguir, y el merecía ser feliz.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora