Capitulo 64

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Perspectiva de Christian Grey


Doy un sorbo al café que tengo delante de mí, está tan caliente al igual que todo mi cuerpo y bueno no es nada cómodo estar con el cuerpo ardiendo en una reunión con unos socios y mucho más incomodo es estar sentado viendo a un hombre que está explicando unos balances parado delante de unos gráficos que dejan ver las ganancias de mi empresa, sostiene en su mano derecha un duró palo casi tan duro como mi polla... Joder no es qué me excite ver la ganancias de mi empresa sino que estoy así de duro desde el último mensaje que le envíe a Ana, y bueno estar sentado con un traje gris y bóxer apretado con una erección fuerte y dura no es nada agradable está agradable ni cómodo.

Trato de fingir seriedad mientras observo al hombre de traje negro que sigue explicando, pero joder una gota de sudor rueda por mí frente, Ross me ve de reojo y me guiña un ojo joder sabe lo que me está pasando, Ana no ha contestado el último mensaje lo cual agradezco pues seguramente si me escribía algo excitante iba terminar corriéndome en mis pantalones.


Retiro una mano que se encuentra sobre la gran mesa y la bajo lentamente, mientras que con la otro comienzo a imitar que escribo algo para no llamar la atención, mi mano se pasea por mi muslo firme y la dejo quieta sobre la bragueta de mi pantalón, con las yemas de los dedos me levanto un poco de la tela del pantalón junto con el bóxer para que no sigan asfixiando a mi pobre polla, bajo la bragueta de mi pantalón y me meto la mano dentro acomodando mejor mi amiguito, ya cuando tengo controlada a la bestia que llevo en mi entrepierna dejándola cómoda, saco mi mano de dentro de mis pantalones subo la bragueta y regreso mi mano a arriba de la mesa, mi ceño fruncido en ningún momento ha desaparecido de las facciones de mi rostro, nadie se ha dado cuenta de la pequeña travesura que acabo de hacer.... Pero si lo hubieran hecho me hubiera importado una mierda, yo mando acá y puedo hacer lo que se me pegue la gana...


La reunión transcurre normalmente luego del pequeño accidente, claro todo normal hasta que uno de los encargados de cuidar mi imagen personal ante los medíos dice una palabras que hace que me hierva la sangre y no necesariamente sea de excitación sino de pura furia, me pongo de pie, lanzándole una mirada de odio luego de que le haga repetir lo que acababa de escuchar.- Señor Grey por su imagen personal le recomendaría que no deje ser visto con su amiguito ese gay que tiene.- lo dice con tanto desprecio y odio en su mirada.


-Mi amiguito tiene nombre y se llama Piero.- gruño mientras agarro un lapicero y lo comienzo apretar la parte trasera generando que la punta entre y salga tratando de controlar la furia que me recorre el cuerpo, pero me es imposible... Genial tengo que volver a ir a una sesión con Claude mi entrenador personal.- Y es mucho más hombre y mucha mejor persona que usted,.- Ross asiente mientras no despega una mirada llena de odio al hombre de test blanca que ahora tiene los ojos totalmente desorbitados.- Yo decido quienes son mis amistades, y no le pienso permitir que venga a decirme con quien o no debo dejar de juntarme, ¿le quedó claro?.- el no responde nada, doy un fuerte golpe en la mesa generando que todos los que miraban al pobre hombre me miren ahora a mí.- ¿QUÉ SI LE QUEDO CLARO?- bramó ante la atenta mirada de 6 pares de ojos, él hombre asiente mientras baja su mirada a sus dedos que juegan con un bolígrafo.- Bien tú liquidación la recibirás en unas semanas, ni te moleste en volver mañana a esta empresa pues no te quiero volver a ver la cara.- el hombre pareciera que quiere llorar.- Ahora largo, y acuérdate que has firmado un acuerdo de confidencialidad y si no quieres quedarte más pobre y vivir los próximos 10 años tras las rejas espero que no pronuncies nada de lo que has visto u oído en esta empresa.-


Él hombre se acomoda su traje azul marino, se pone de pie y con la mirada gacha camina con paso lento a la salida de la sala de juntas, cuando cierra la puerta vuelvo a reposarme en el asiento, recuesto mi cabeza en la cabecera de la mi gran silla mirando el blanco y largo techo tratando de que la furia abandone mi cuerpo, nadie dice nada lo cual agradezco sino todos terminarían despedidos en este momento, cuando mi respiración se regulariza dirijo mi mirada a mis trabajadores que ahora cada uno está con la vista fija en sus respectivas portátiles color gris con el sello de la empresa, yo abro la mía que está al lado de la taza ahora vacía de café, reviso unos contratos mientras mis trabajadores hacen lo mismo y con cortas palabras me dicen que si nos conviene asociarnos con la empresa italiana que tengo en la mira...

Las Sombras de GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora