Capitulo 42: "El Supermercado - Un Polvo Sabor a Chocolate"
* Mi lengua Malvada ¿Dónde irá a parar?... Besa, Muerde, Seduce. *
Perspectiva de Christian Grey.
El sol cálido me da en la cara anunciando el inicio de un nuevo día, abro los ojos lentamente acostumbrando mi visión a la luz del sol, otro día más al lado de mi amada, otro amanecer simplemente perfecto, ella duerme plácidamente a mi lado seguramente recuperando fuerzas de la buena follada de la noche anterior, nunca me cansaré de su cuerpo, de su cariño, a veces tengo miedo de que se cansé de mi, que se aburra, que su paciencia se acabé, lo cuál me causa un pánico tremendo, tengo mucho miedo a perderla, a perder la luz que me sacó de aquel horrible pozo negro en el que estaba…
Tengo que superar esto por ella, por nosotros si quiero tener un futuro juntos tengo que hacerlo, le sujeto suavemente la mano con cuidado para que no se despierte, de esto depende todo, su mano la coloco sobre mi pecho desnudo, sobre aquellas cicatrices que me marcan recordándome mi horrible niñez, uno no puede superar su pasado simplemente aprende a vivir con ello, yo no puedo olvidar todo o que me paso de niño simplemente tendré que aprender a vivir con ella, que me haga más fuerte como una vez me dijo Ana; al principio su toque es cálido me relajada mucho no es tan malo como pensé que sería.
Pero no todo es perfecto luego de un momento de tener su mano en mi pecho, vuelven aquellas imágenes horribles a mi mente, la puta adicta tirada en el suelo con los ojos en blanco muerta, y yo aquel niño que no pudo proteger a su madre, quitó su mano de Ana rápidamente de mi pecho rápido pero con cuidado para que no se despierte, no pude proteger a la puta adicta del crack, pero lo mismo no va pasar con mi Ana a ella la protegeré no la voy a fallar, y bueno creo que este es un gran paso; aguante su toque al menos por unos segundos, paso a paso como dicen.
Le doy un casto beso en la frente, y ella sigue durmiendo, mmm si que la deje cansada en la noche, se me dibuja una sonrisa de suficiencia en mi rostro, salgo de nuestra cama solo con bóxer, cojo mi celular por si suena para no despertarla, cierro las cortinas para que el sol no le dé en su hermosa cara seguramente en la pasión de ayer, en el deseo de nuestros cuerpos nos olvidamos de cerrar las cortinas, espero que alguien del edificio de al frente no se haya ganado con una vista gratis de porno casero, salgo de nuestro cuarto antes de ver el rostro tan relajado de mi hermosa Ana. Camino por el pasillo blanco el color perfecto transmite mucha calma y paz.
Con un vaso de jugo de naranja comienzo a observar todo Seatle con la hermosa vista que me ofrece este inmenso edificio, mañana comienza una nueva etapa en mi vida, la verdad para serme sincero no estoy para nada emocionado, estar sentado en un salón recibiendo clases de unas personas que se creen mejor que uno no es lo mío, pero si tengo que aguantar eso para estar con mi dulce Ana lo haré, para protegerla de todos esos idiotas calientabragas que hay en las universidades, aunque no la veré mucho pues vamos a estudiar distintas carreras pero al menos estaré cerca para cuidarla de todos los que quieran tocar los que es solo mío.
Terminó mi jugo de naranja, y observo maravillado el inmenso piano negro, me siento colocándome delante del piano, el vaso vacío lo dejo a mi lado, y dejo que mis dedos me guíen y reproduzcan una dulce melodía, pero no es triste pues no hay tristeza en mi vida, con Ana todo es felicidad, si bien es cierto todavía tengo cosas que me atormentan como las pesadillas que ya no las tengo seguidos pero de igual manera siguen ahí esperando seguramente escondidas en la oscuridad para atacar en el momento que este más vulnerable, pero tengo que aprender a vivir con ellas, no sólo por mi sino también por mi dulce Ana que confía tanto en mí.
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Las Sombras de Grey
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si Christian conoce a Anastasia antes de que se convierta en el sumiso de Elena? ¿Juntos encontrarán la manera de salir adelante?, ¿Juntos podrán superar sus pasados que los persiguen?.... Acá encontraras las respuestas. Anastasia y Chr...