Los ojos de Cristel escaneaban todo el lugar, atento a cualquier movimiento, sus movimientos eran sutiles y su respiración inaudible, la flecha estaba colocada en su posición.
Escuchó un ruido a su derecha, exactamente a noventa grados de su punto de vista actual, su movimiento fue prácticamente instantáneo, se giró tensando el arco, manteniéndose en silencio, buscando el más mínimo movimiento.
Volvió a ocurrir, algunas hojas se movieron y sin pensarlo disparó, escuchó el sonido de la flecha impactar, un grito, un par de pasos y el objetivo cayendo al suelo.
Con cuidado se acercó a su objetivo tomando el cuchillo de caza, era un ciervo, más hermoso que cualquiera que hubiera visto, la flecha sobresalía de su pecho, probablemente había perforado su pulmón, la sangre se formaba en un charco bajo este.
Dejó suavemente el arco en el suelo y se arrodilló, no fue una ilusión, el pelo de este animal era argento, y sus cuernos relucían como dos lingotes de este bello metal.
Se arrodilló en el charco, la respiración del animal se agitó y posó su mano sobre el ojo que le estaba observando, movió su pulgar en la piel de la cabeza, distrayendo al animal, susurró una oración y tomó su cuchillo de caza. Abrió un corte en el cuello del animal, partiendo su columna y órganos relacionados con la respiración.
Vio sus manos ensangrentadas y se levantó, tomando la flecha y el arco, guardando el cuchillo antes de subirse el cadáver del animal aún sangrante a su espalda.
Caminó hacia el campamento que había posicionado con su padre, no muy lejos, sus ojos miraban en todas direcciones, sintiéndose observado, miradas llenas de curiosidad y hostilidad, juró haber visto ojos en la oscuridad pero poco después desaparecían.
¡Papá! Ya estoy -dijo acercándose a la hoguera donde Charlie traía algunas ramas dejándolas a un lado.
Un silbido se escapó de los labios del hombre, que sonrió al ver la presa de Cristel- wow, podemos sacar mucha carne de eso ¿Te ayudo a despellejarlo?
No hace falta papá, ya me encargo yo de hacerlo -contestó el joven de ojos argentos mientras tomaba el cuchillo de caza nuevamente y dejaba al animal en el suelo.
Partiendo del corte que realizó en el cuello empezó a dividir la piel por la mitad, bajando hasta la parte inferior.
Fue un proceso algo tedioso pero cuidado y delicado, que terminó con buenos resultados- eso sí, lo de sacarle los órganos lo haces tu -se quejó mientras se sentaba en un tronco grueso.
Charlie suspiró con pesadumbre mientras arrancaba su propio cuchillo del tronco de un árbol y se dedicaba a destripar al animal.
Y así, tras aquello cenaron ambos con felicidad por la caza de ese día.
La luna se ocultaba entre la copa de los árboles, pero Cristel miraba en la dirección en la que intuía que estaba, sintiendo su suave luz plateada bañar su piel, una rutina que había adoptado tiempo atrás, poco antes de entrar en el internado.
Y así, se tumbó en su saco de dormir, en lo que pensaba que iba a ser una noche apacible, no debió haber creído aquello.
El sonido de pezuñas golpear acompañado de el ruido de una cabra balar, intercambiado con palabras le hizo despertar.
Saliendo de su tienda de campaña vio a su mejor amigo, o bueno, prácticamente único amigo correr hacia el, aunque lo más extraño no era su estúpida velocidad, eran las patas de cabra que había en lugar de piernas.
¡Criss! -exclamó Brian, mientras inmediatamente instaba a levantarse al muchacho- ¡Tenemos que irnos!
¿Que pasa Brian? -inquirió consternado a su amigo, mientras este respiraba a gran velocidad.
El león, el león te sigue -dijo Brian mientras obligaba a Cristel a tomar el arco y el carcaj.
Antes de que pudiera hablar para rebatir a su amigo, un rugido escapó de lo más profundo del bosque, Criss vio a su padre salir rápidamente de su tienda con su rifle en mano.
¿Que fue eso? -cuestionó Charlie, antes de que aquel gigante animal surgiera de entre la arboleda, parecía un poco más pequeño que la última vez, pero daba mucho más miedo ahora de cerca, su rugido hizo temblar la tierra mientras sus pasos sacudían los árboles.
Cristel se quedó paralizado del miedo, el brillo de la luna se hizo tenue sobre el, mientras veía a esa bestia prepararse para abalanzarse contra el.
El sonido de un disparo hizo despegar de su pánico a Criss, fue su padre, había disparado a la bestia.
¡Vete de aquí Criss! ¡Luego voy por tí! -gritó su padre, que parecía saber lo que ocurría.
Brian empezó a tirar de inmediato de Cristel, mientras este gritaba.
¡No podemos dejar a mi padre allí! ¡Va a morir! -bramó mientras veía al animal girarse hacia su padre, sus colmillos eran tan grandes como una cabeza humana y tan afilados como navajas.
¡El ya sabe a lo que se arriesga! ¡Necesito llevarte hacia el campamento! Por favor -la voz de Brian sonaba rota, como si a cualquier momento fuer a romperse a llorar.
Cristel se vio sin opción y empezó a correr en la dirección de Brian, la lluvia empezó a caer mientras los rugidos del animal se hacían menos audibles a lo lejos.
Esto era solo un sueño, un cruel y realista sueño. Las flechas chocaban entre si haciendo un ruido metálico mientras tropezaba ocasionalmente en charcos de lodo.
Finalmente, cuando se desató el temporal, vientos huracanados y una lluvia torrencial les castigaba, apareció, una colina coronada por un pino.
Cristel y su amigo el ahora medio cabra empezaron a correr, escuchando con pánico los rígidos del animal, cada vez más adubiles.
Inconscientemente preparó una flecha en su arco mientras corría, se giró con pánico al ver al león con las fauces ensangrentadas y restos del rifle de su padre como paluegos.
Recitando una oración silenciosa no se permitió pensar en su padre y disparó, el proyectil pareció ser guiado con magia al golpear directamente en el ojo del león, deteniéndole.
Gracias a ese pequeño espacio de tiempo pudo aprovechar para salir corriendo, vio a Brian apremiándole a que subiera.
Y logró llegar a aquel supuesto campamento, pero no como creía, su cuerpo fue sacudido como un muñeco de trapo al ser golpeado violentamente por una garra justo en los límites, en sus últimos momentos de conciencia pudo ver una hoguera a lo lejos y lo que parecían ser cabañas.
La sangre rezumaba bajo su cuerpo, dándole una sensación de calor y frío al mismo tiempo, y el sonido de los cascos de un caballo llegó a sus oídos.
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Luna nueva
FanfictionEl icor, la sangre divina, que en contadas ocasiones es una fuente de vida, de nacimiento.