-"¿Cómo hiciste eso?"- Cuestionó Percy repentinamente en voz baja, Cristel alzó una ceja ante las palabras de su amigo, asegurándose de que el fuego primordial estuviera en su bolsillo.
-"Si, cuando le clavaste la flecha en el hombro a Ares"- La voz de Annabeth hizo a Cristel abrir los ojos, como diciendo 'Ah, eso'
-"Bueno, era nórdico antiguo"- Explicó como si fuera lo más normal del mundo, las miradas que recibió no fueron de comprensión y le hicieron suspirar.
-"¿Todo bien allí atrás?"- Cuestionó el policía que les estaba llevando, llevarían a los jóvenes al aeropuerto y les darían los billetes de avión. Al parecer la niebla había actuado bien y habían puesto a Cristel como otro niño secuestrado en la mente de todo el país.
-"Si, señor"- Contestaron rápidamente, los tres de atrás. Cristel se giró hacia Percy y le empezó a susurrar.
-"Mi padre me instó a aprender a hablar nórdico, era más fácil que el inglés para mí, que quieres que te diga, el que sean dibujitos es mejor"- Confesó, haciendo que Annabeth y Percy se palmearan la cabeza mentalmente ante el razonamiento de su amigo.
-"Y bueno, con respecto a lo que estaba diciendo, era un rezo, a Máni, la personificación de la luna nórdica"- Explicó, los dos acompañantes de la parte de atrás asintieron, y Grover en la parte de delante suspiró, haciendo que casi se le escape un balido, le sorprendía la naturalidad con la que sus amigos se tomaban las rarezas de Cristel.
Afortunadamente no tardaron mucho en llegar al aeropuerto, y tan solo esperaron un par de horas hasta poder subir al avión.
-"¿No deberíamos preocuparnos de que a Zeus le de la neura y nos derribe de un rayo?"- Cuestionó Cristel, el cielo tronó, casi indicando el malestar del dios del rayo para con Cristel -"Vale, vale, perdón abu"-
-"Ya no sé si eres valiente o idiota"- Annabeth miró a Cristel, quien se encogió de hombros.
-"Ambas"- El chico se encogió de hombros mientras miraba por la ventanilla, intentó cerrar sus ojos para dormir, pero los efectos de la adrenalina seguían funcionando en su cuerpo.
Tras varias horas finalmente llegaron a nueva York, Annabeth y Grover se fueron directamente hacia el campamento mestizo, mientras que Cristel y Percy se quedaron con el objetivo de entregar sus respectivos objetos divinos en el Olimpo.
-"Había que preguntar por el piso seiscientos ¿Cierto?"- Percy miraba la inmensa construcción que se alzaba frente a ellos, Cristel asintió en silencio, solo quería terminar ya con eso, y quizás ver a su madre.
Cuando entraron se dieron cuenta de que estaban claramente fuera de lugar, se veían como dos personas que acababan de asaltar un contenedor de ropa, sobre todo en aquel lugar. Percy se dirigió al mostrador, viendo al recepcionista, que alzó su vista de un ejemplar que Cristel reconoció como el Señor de los anillos.
«Ey, tiene buen gusto» Admitió mientras que Percy empezaba a discutir con el hombre.
-"Ya te lo he dicho niño, no hay un tal piso seiscientos en este edificio"- Se quejó el hombre, aunque sus ojos se abrieron con gran sorpresa al ver el rayo maestro -"Bien, pasen esto por el lector de tarjetas, asegúrense que no hay nadie más a parte de vosotros en el ascensor cuando lo hagan"- El hombre les había entregado una tarjeta que parecía haber sido bañada en oro.
Los dos semidioses se encogieron de hombros, ya tenían lo que querían, así que podían subir.
Entraron en el ascensor y pasaron la tarjeta, hubo un sonido de campana en este, dejando paso a un botón rojo grande. Cristel sin pensarlo lo pulsó, y Percy le miró con cierta ofensa.
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Luna nueva
FanfictionEl icor, la sangre divina, que en contadas ocasiones es una fuente de vida, de nacimiento.