25# Destinado

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Finalmente, y tras largo rato en su propio mundo, Cristel accedió a dormir en una de las hamacas que estaban libres.

Tardó un tiempo en conciliar el sueño, pero tras aproximadamente una hora dejándose mecer por el mar, durmió por completo.

El destino le quiso pasar una mala jugada, tal y como en cada sueño que llevaba teniendo desde la última semana.

Aquel yate de nuevo, y ese chico una vez más, piel lechosa al igual que la suya, manchada por una inmensa cantidad de feas cicatrices, sus ojos plateados rojizos y si pelo castaño casi pelirrojo.

-"¿Vas a ir?"- Preguntó una voz a su espalda, los dos se giraron, ya fuera el soñador o el presente.

-"Si"- Respondió Eris viendo a aquel chico, Adam. Ambos se miraron a los ojos durante unos momentos, y suavemente la mano de Adam llegó a la mejilla derecha de Eris.

-"Yo estaré bajo el mandato del general de ahora en adelante ¿Te veo cuando termines?"- Preguntó Adam viendo a su pareja.

-"Claro, ten suerte... Amor"- Tras aquellas palabras se giró mientras su cuerpo se deshacía lentamente en pequeñas hebras de luz plateada.

El sueño cambió de posición, apareciendo en la cubierta de un barco, sus ojos plateados relucían en la más oscura noche, serpenteando entre los lugares de aquel barco.

-"Nada mal lo vas haciendo"- Dijo una voz a su espalda, Cristel sintió el mayor miedo de forma inconsciente buscando su arco.

Eris apretó la mandíbula ante la escucha de aquella voz -"¿Que quieres?"- Cuestionó tajante, el muchacho de la fea cicatriz suspiró mientras se recostaba en una pared.

-"¿No es obvio? Cuidar de que todo vaya según lo planeado, y para ello, tristemente, he de informarte"- La voz de Loki denotaba compasión -"El caso, ese mar de los monstruos... Digamos que he dejado ir a unas cuantas criaturas de mis tierras allí, para hacerlo un poco más interesante"- Comentó en un murmullo.

-"Reza porque no encuentre el lugar en el que te pudres, porque el tener las tripas de tus hijos de cadenas ya no te parecerá tan malo"- Gruñó el hijo de Diana, plantando cara al dios -"Lo que le hice a Tsukuyomi se quedará corto con lo que haga contigo si vuelves a hacer daño a Cristel"-

-"Blegh, menudo asco el papel de hermano mayor protector, te queda mejor cuando finjes estar sediento de venganza. Aunque ahora que lo pienso, tienes razón, quizás debería aligerar la carga de vuestros hombros y mandar a jormungandr al monte tamalpais, me encantaría ver cómo se lo toma tu novio"- La voz de Loki era alegre e inocente, pero tanto Cristel como Eris sintieron un siniestro escalofrió recorrer su espalda.

Loki sonrió al ver la expresión de Eris antes de ir desapareciendo lentamente -"Eso creía ¡Ve y muere por mi, bastardo indeseado!"-

Ya era de día cuando Cristel despertó, subió hacia cubierta a toda velocidad, prácticamente saltando por los escalones de la escalera de mano.

-"Ya tardabas en ponerte en pie, casi hemos llegado"- Clarisse se encontraba viendo desde la proa, observando las montañas que se alzaban a lo lejos.

-"¿Por donde vamos a entrar?"- La voz de Cristel estaba algo ronca, el joven se limpió una lágrima que había surgido de su ojo derecho de forma involuntaria.

-"Tomaremos la entrada de Cardibis, podremos hacerla estallar en pedazos con los cañones"- Afirmó la hija de Ares, todos la miraron como si estuviera loca.

-"No creo que tengamos que preocuparnos solo por esos monstruos en la entrada"- Musitó, ganándose la atención de todos en el barco.

-"¿De que hablas? En el mar de los monstruos solo están Escila y Cardibis en la entrada"- Annabeth rebatió las palabras de Cristel, quien alzó su mirada, preocupado.

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