22# "Oh si, los caballos me odian"

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Todo el mundo pareció sorprenderse ante la noticia dada por Tantalo, todos salvo quienes no tenían idea de que hablaba.

-"¿Carrera de carros? Tipo las aurigas y toda la pesca"- Cuestionó Cristel con leve aburrimiento y cansancio, nunca había sido un aficionado a los caballos, era un chico de perros de caza y otros animales.

-"La última vez que se hicieron hubo dos muertos"- Rebatió Annabeth poniéndose en pie con tanta fuerza que parecía a punto de salir disparada de la mesa, Tantalo la miró de arriba a abajo unos segundos antes de desestimar su preocupación con un gesto de su mano.

-"Bah, que es la vida sin un poco de peligro"- Gran parte de la cabaña de Ares vitoreó ante la idea de poder matar a alguien sin consecuencias.

Una vez hubo terminado la cena, los diferentes semidioses se dividieron en dos posibilidades, cantar alrededor de la hoguera o irse a dormir, Cristel no necesitaba soledad, estar con personas y distraerse un rato es lo que quería.

La gran parte de la cabaña de Ares se marchó, al igual que la de Atenea, y los dos miembros de la cabaña de Poseidón.

-"Al final no se ha quedado ni el Peter"- Godfrey, un hijo de Hécate, diosa menor de la magia (y por tanto residía en la cabaña de Hermes), habló, su tono era monótono, aunque un poco triste, cosa que no distaba mucho del ánimo general, las llamas se alzaban apenas unos centímetros del suelo, con un deprimente tono violeta.

-"Yo propongo que aprovechemos para tirar papel higiénico sobre la cabaña de Afrodit- ¡Au!"- Connor Stoll se frotó el brazo ante el rápido puñetazo de Silena Beauregard, hija de la susodicha diosa del amor y actual capitana de la cabaña.

Una suave risa se extendió por la decena de chicos reunidos en aquel lugar, las llamas subieron ligeramente su altura, tomando una tonalidad verde fluorescente, el ambiente se había aligerado al menos.

-"Por cierto ¿Alguien sabe si este año se hará la visita al Olimpo?"- La voz de Jimmy, un hijo de Démeter fue la que alteró el suave silencio.

-"Según se, lo más probable, aunque los dioses están últimamente inquietos por algún motivo"- En esta ocasión fue Helena, una hija de Hermes, todos aceptaron esa respuesta. Nunca preguntes de donde ha sacado un hijo de Hermes su información, solo acéptala.

Cristel movió con un palo la hoguera, viendo distraídamente la rama consumirse.

-"¿Y ese Tantalo quién es? No me suena de nada"- Cuestionó Cynthia con pesadez mientras apoyaba sus manos en el suelo, detrás de su espalda.

Cristel tiró la rama a la hoguera, puesto que era demasiado pequeña cómo para tomarla sin quemarse -"No recuerdo todos los detalles de la historia, pero sé que Tantalo era alguien relativamente apreciado en el Olimpo, al punto de que le invitaban a los banquetes de los dioses, un día, no se por qué, pero le expulsaron de los banquetes, y corroído por la ira, tuvo la genial idea de invitar a los Olímpicos a cenar, y en venganza por lo que le hicieron, sirvió a su hijo cortado en pedazos, desde entonces está sufriendo un castigo en el que pese a tener un gran manzano y un lago a su disposición, no puede ni beber ni comer"- Explicó el muchacho como mejor pudo, se había dejado unos cuantos detalles, pero creía que era suficiente para entender la historia.

-"Entonces es un hombre terrible"- Saltó Silena, sintiéndose asqueada por lo contado por Cristel, quien de encogió de hombros.

-"Realmente la mitad de los reyes griegos si no nueve de cada diez eran peor que la basura"- Admitió Cristel mientras suspiraba -"En fin, yo me voy ya a dormir, tened buena noche"- El de ojos plateados finalmente dejó solos a los demás, marcha di a su cabaña.

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