El de pelo castaño se rascó nerviosamente la cabeza mientras veía las letras en el pizarrón improvisado. Podía entenderlas parcialmente, pero aún así algunas cosas se le dificultaban.
Quirón le indicó que debería dar una hora de clase de griego diariamente hasta que pudiera hablar, leer y escribirlo de forma fluida. Y quien se había ofrecido a enseñarle era una hija de Atenea, Annabeth Chase, pudo identificar que era la chica que había olido en aquella ocasión anterior, pero realmente no tenía energias para dar un interrogatorio.
Annabeth por fortuna era una gran profesora para tener su edad, paciente con el y sus fallos de pronunciación y gramática, sin contar las faltas de ortografía que había hecho muchas veces.
"No, en esta palabra va Gamma" -dijo Annabeth señalando el error de Cristel, quien suspiró algo frustrado. Tenía muchas dudas, más que respuestas, aunque sobre todo desde esa mañana que había escuchado un poco a Annabeth y a Quirón hablar.
"...hijo de la sangre"
"Annabeth, por favor, es imposible que sea, será un hermano tuyo con legado de Apolo"
"Quirón, tú lo has visto, no comparte ni el tono de los ojos, solo hay una posibilidad"
"Ya basta Annabeth, sabes lo que podría llegar a pasar si te escuchan desde el Olimpo"
"Pero la profecía"
"Basta"
Tras eso llegó casualmente como si no hubiera escuchado nada, saludando a ambos antes de recibir su clase habitual.
Finalmente la clase terminó, Cristel notaba la mejora con sorpresa, realmente el griego era más fácil que el inglés, algo curiosito por no decir extraño.
Una vez ambos salieron de la pequeña habitación que habían utilizado en la casa grande Cristel se dirigió a Annabeth- "eras tú quien me espió el primer día que estuve aquí ¿Cierto?" -cuestionó viendo a la muchacha que abrió la boca, como un pez fuera del agua.
"¿Como lo supiste?" -se recompuso inmediatamente, analizando al muchacho, quien se encogió de hombros antes de contestar- "tengo buen oído"
La respuesta no pareció satisfacer a la hija de Atenea, que le observó con sus ojos gris tormentoso, analizando al muchacho que seguía tranquilo.
Antes de que pudiera contestarle y sacarle más información Luke llegó convenientemente, interrumpiendo la conversación.
"Por fin te encuentro, tenemos entrenamiento de combate ahora ¿Recuerdas?" -reclamó el de pelo rubio cenizo viendo a Cristel, quien abrió sus ojos con sorpresa, al recordar que efectivamente no tenía tiempo libre en ese momento- "lo siento Annabeth, pero tengo que robártelo un momento" -dijo Luke, mientras Annabeth asentía, portando un suave rubor en sus mejillas.
Cristel se dejó llevar a rastras por Luke, dirigiéndose hacia el coliseo, donde entrenarían combate cuerpo a cuerpo. Al ser la cabaña más numerosa, Hermes no entrenaba junto con ninguna, al ser más que suficientes. Luke rápidamente se dirigió a un pequeño cofre antes de sacar una espada de bronce de este, dándosela a Cristel.
El joven tomó el arma, se sentía raro con ella en mano, casi innatural. La balanceó un par de veces, su equilibrio no era malo, aunque tampoco era especialmente destacable .
"Bien, poneros por parejas, yo estaré con Cristel" -dijo Luke mientras los demás chicos le miraban con tristeza, no tenía fe de si mismo en ese momento- "hoy practicaremos una maniobra de desarme ¿Puedes ayudarme con un ejemplo Cristel?"
El muchacho se acercó a Luke y se puso en guardia, lo próximo que supo es que su mano le dolía y que su espada estaba en el suelo, además de estar siendo apuntado por Luke. Pese a haber observado la acción en cámara lenta prácticamente, no fue capaz de mover la espada con suficiente velocidad para detener a Luke.
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Luna nueva
FanfictionEl icor, la sangre divina, que en contadas ocasiones es una fuente de vida, de nacimiento.