Sus palabras casi un ruego fueron seguidas de una brisa casi imperceptible, que sacudió su pelo como una caricia. Un nudo se formó en la garganta de Cristel al no recibir respuesta, mirando triste el horizonte, rindiéndose ante el sueño y el cansancio emocional de esos últimos minutos.
Antes de que su conciencia fuera derribada por completo pudo ver unos ojos de plata líquida, observándole, curiosos, algo analíticos, esa mirada la sintió como una nana, los últimos restos de despertar que había en el fueron acunados por esa mirada.
"¿Ha funcionado? Genial, ahora me debe cuatro dracmas" -dijo una voz, al tiempo que Cristel abría sus ojos, no estaba en ningún lugar que conociera, parecía la habitación de una superestrella de cine con un gusto para la decoración curiosito y dañino para sus ojos. Frente a el había un hombre en sus 20 tempranos, piel bronceada perfecta, pelo de un rubio intenso, con rebeldes pero atractivos rizos y unos ojos del color del cielo despejado, en sus dientes se reflejaba una sonrisa perlada de dientes perfectos.
"Hey Criss ¿Te puedo llamar Criss? Bueno, el caso Criss" -dijo aquella persona, tomando al desconcertado por sorpresa aún más si cabe- "y por cierto, por cierto, gracias por haber ayudado a mis hijos antes" -comentó mientras Cristel intentaba unir puntos.
"Usted es Apolo" -intuyó viendo al dios, que le dio una sonrisa e hizo el gesto de disparar con sus dedos- "¡Bingo! Fabulosos dios del sol, las enfermedades, los deportes"
"Entonces ¿Usted es mi tío?" -cuestionó Cristel, la pregunta sorprendió al dios del sol- "entonces lo sabes, curioso cuanto menos la verdad" -el dios vio como Cristel abría la boca para preguntar, pero alzó la mano, haciendo que el joven cerrase la boca- "se que tienes que tener muchas preguntas sobre ella, pero no soy quien para responderlas" -dijo, viendo cómo Cristel bajaba levemente la mirada.
El dios de sentó a un lado de Cristel y le dio una mirada compasiva, Cristel se sentó también, mirando al dios que tras unos momentos habló- "se que no es lo mejor decir esto ahora, pero es importante Criss, alguien ha robado el fuego primordial, necesito que le digas eso a Quirón, Zeus está paranoico y no se fía de su propia sombra, ha mandado a algunos de nosotros para que lo busquemos, pero nadie lo ha encontrado, dile que alguien tiene que ver el oráculo y obtener una profecía para marchar a por este"
Cristel tragó saliva ante las palabras del dios- "¿El fuego primordial? ¿Como el que robó el titán?" -preguntó con sorpresa, dudando si ahí también tendrían poder los nombres, Apolo asintió antes de hablar- "si, por favor, date prisa, Quirón tiene que estar al marcharse a esa academia"
Cristel inmediatamente despertó, apoyado en algo, a su espalda vio la pared trasera de la cabaña de Artemisa, extrañado al haber dormido sin apoyarse en nada, se levantó y salió corriendo.
A lo lejos vio a Quirón a punto de marchar como cada lunes en la mañana, pero se detuvo al ver a Cristel corriendo frenéticamente hacia el- "Cristel muchacho ¿Que sucede?" -preguntó Quirón viendo a Cristel que llegó y sin necesidad de recuperar el aliento empezó a relatar todo su sueño, al menos las partes que Apolo le pidió que contara.
Los ojos del centauro se abrieron con sorpresa tras el relato, ya era lo suficientemente malo lo que estaba sucediendo, pero ahora las cosas solo se habían puesto peor, miró a Cristel con algo de pena antes de cambiar su dirección- "supongo que puedo llegar un poco tarde a mis clases, ven" -dijo dirigiéndose hacia la casa grande, y Cristel le siguió corriendo, viendo cómo el centauro entraba en la casa y se dirigía a una habitación, el despacho de Quirón al parecer.
"Cristel, hay algo que tengo para tí" -dijo mientras sacaba tres cosas de un cajón, una pulsera y dos anillos. El de ojos plateados alzó una ceja viendo al centauro confusión- "tú pruébalos y sácalos" -contestó el Centauro, Cristel asintió, la pulsera tenía en el broche para unirla un sol y una luna y los anillos estaban tallados en griego.
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Luna nueva
FanfictionEl icor, la sangre divina, que en contadas ocasiones es una fuente de vida, de nacimiento.