43# ᚱᛖᚹ︍ᛖᛚᚨᚲ︍ᛁᛟᚾ

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El rostro del padre de Annabeth inmediatamente mostró una expresión de preocupación.

—"Pasad, por favor"— Indicó mientras se apartaba para que el grupo pasara al interior del hogar.

El ambiente olía a galletas recién horneadas, había piezas de Lego por todas partes y podían escuchar a unos niños jugando.

—"No me dijiste que ibas a traer invitados"— Comentó una mujer asiática desde el salón, cuidando de que los niños no liaran nada.

—"Ya bueno, vienen por Annabeth"— Explicó, eso bastó para que la mujer se mostrara ligeramente triste.

—"Ellos son..."— Frederick se atragantó, al darse cuenta de que no sabía los nombres de los presentes.

—"¿Ni siquiera preguntas sus nombres?"— Cuestionó la mujer, aparentemente ofendida.

Para aliviar el momento incómodo se presentaron uno por uno.

—"Bien, seguidme a mi estudio, por favor"— Declaró finalmente Frederick, subiendo unas escaleras.

No tardaron en llegar, era una habitación bastante grande, llena de libros y apuntes, también había una maqueta de una batalla moderna, los aviones estaban posicionados con pequeños palos de madera para darles los ángulos correspondientes.

—"¿Podéis explicarme que ha pasado? Por favor"— Aquel hombre se veía genuinamente preocupado por su hija.

Cristel en aquel momento se hizo a un lado, realmente el mismo no tenía mucha idea de los sucedido para que acabaran secuestrando a Annabeth.

Percy fue quien le explicó lo sucedido, aparentemente durante la pelea en la que Cristel irrumpió perseguido por un tipo semidesnudo, Annabeth se había encaramado a la mantícora, con la idea de matarla. Pero el monstruo se lanzó por un acantilado y de alguna forma se teletransportó.

—"Ya veo, entonces ¿Qué es lo que necesitáis de mi?"— Preguntó Frederick, viendo a los cinco chicos que había en su estudio.

—"Un vehículo, tenemos que llegar al monte tamalpais al atardecer, y es nuestra única oportunidad"— Explicó Zoë con calma, no molestándose en explicar por qué justamente al atardecer.

—"Bien, podría llevaros en mi avioneta, aunque hay muy poco espacio... Os llevaré en la furgoneta"— Sentenció finalmente, Zoë se dispuso a discutir, pero Cristel había reaccionado primero.

—"Lo siento pero no, estamos hablando de que seguramente terminemos enfrentando a un titán, varios monstruos y un héroe inmortal. Entiendo su preocupación, pero sería improbable como mínimo que su presencia nos ayudara"— Razonó, manteniendo un tono relativamente suave, pero aún así, sus palabras fueron duras por el contenido de su explicación.

Thalía miró con cierto reproche a Cristel, pero no sé retractó, no estaba dispuesto a arriesgar más vidas de las estrictamente necesarias.

—"Bien. Tomad las llaves de la furgoneta, y por favor, traed a mi hija sana y salva"— Prácticamente rogó, Cristel asintió mientras tomaba las llaves, no tenían tiempo que perder.

Antes de que se dieran cuenta, ya estaban en la carretera, y por algún motivo había un terrible atasco.

Cristel golpeaba suavemente el volante, no quería montar un escándalo en la carretera, pero le tocaría hacerlo si tomaba más tiempo que se desatascara la carretera.

Entonces recibió la última motivación que necesitaba, a través del espejo retrovisor vio un grupo de perros infernales correr hacia ellos.

—"Bueno, la multa guapa que le va a caer al padre de Annabeth"— Murmuró antes de acelerar y salir de la carretera.

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