38# ᚨᛗᛟᚱ

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El susurro atemorizado de Cristel murió ante el rugido infame del dragón, que sorprendentemente tenía un agradable aliento a fresno.

El primer golpe fue devastador, su garra se alzó en el cielo, atravesando columnas y maquetas, antes de bajarla. El suelo se agrietó y parte de la estructura se agitó ante la potencia del impacto.

—"¿¡Cómo se mata a esa cosa!?"— Bramó Thalía mientras hacía aparecer su lanza y escudo.

—"Esa mierda está destinada a sobrevivir hasta el fin de los tiempos, no hay forma de matarla"— Rebatió Cristel mientras ponía su arco en ristre.

Una flecha plateada voló, y se incrustó entre dos escamas, haciendo que el dragón se girara, arrasando con buena parte de la planta inferior del edificio.

Todos tragaron saliva al ver la sangre de las personas que había antes allí, incluso un juguete de metal cayó a los pies de Cristel, todavía con la mano de un niño aferrada a este.

La mano de Yelena tembló, había tomado posición sobre una maqueta del Apolo once mientras el dragón estaba distraído. Y ahora estaban frente a frente.

Se dejó caer inmediatamente, evitando milimétricamente las inmensas fauces del dragón, que hicieron desaparecer aquella maqueta del Apolo once.

—"¿Entonces cómo ganamos?"— Reformuló la pregunta de Thalía el hijo de Poseidón, con su espada en alto, aunque en aquel momento parecía un mondadientes. Si lo ponías en comparación a la titánica bestia que tenían delante.

—"Quizás cegarle, no se, hay muy pocas menciones suyas en los textos que leí"— Cristel se sentía inútil en aquel momento. Se suponía que él era quien sabía de mitos nórdicos, se suponía que tenía que saber una forma de lograrlo. Pero estaba en blanco.

Nidhogg se giró lentamente hacia Cristel, sus escamas se movían de forma tétrica, mientras que la savia goteaba de sus dientes.

El rugido fue suficiente por si mismo para romper algunas columnas de hormigón y todos los ventanales. El techo se empezó a resquebrajar debido a la presión que estaba soportando en ese momento.

Las fauces de Nidhogg se habrían cerrado sobre Cristel si no hubiera sido retirado por otra persona.

La mente de Cristel se regodeaba en la impotencia, solo quería hacerse una bola en aquel lugar y dejarse devorar, se sentía inútil, prescindible, una carga.

—"Maldita sea Cristel, reacciona de una vez"— Gruñó una voz frente a él, antes de recibir una bofetada lo suficientemente fuerte como para que el dolor ocultara sus pensamientos y aclarara su mente.

—"Zoë yo..."— el joven se sintió horrible, alguien podría haber sido herido o peor por su culpa.

—"No te disculpes, solo se útil"— Gruñó la cazadora mientras lanzaba una flecha, para después saltar sobre una maqueta de Júpiter.

Cristel se asomó detrás de la columna rota en la que le habían puesto para tomar cobijo. Nidhogg intentaba devorar y aplastar al grupo, fallando por cada vez menos, cada herida abierta parecía volverle más letal.

Se concentró, él no era un hijo de Atenea, pero podía formular un plan factible, su mente vagó por todos los elementos del lugar hasta que todo fue formulado en su mente.

—«No sé si soy un suicida o simplemente estoy loco»— Pensó antes de saltar por encima del pilar, viendo como los ojos del dragón se fijaban en él.

—"¡Eh! Lagartija con esteroides ¿te gusta esto?"— Bramó mientras sacaba de su saco la runa Kenaz, creando un prominente fuego brillante sobre su cabeza.

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