-Capitulo 15-

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Cuando aquel hombre de penumbras dió un paso adelante después de un largo tiempo de espera, sudo frío, no podía contener su pánico, estaba a punto de llorar.

Cuando estaba estresado siempre pedía que la tierra lo tragara y lo llevará a un bosque, ya estaba en uno ¿Como pedir otra cosa? Aún así, quería huir.

A pesar que su espalda ya era una segunda parte del tronco que lo estaba sosteniendo, nada evito que se empujara así mismo aún más atrás, por imposible que sonara.

Sus nervios se enloquecieron aún más cuando el hombre de lento caminar sonrió por su acción.

El hombre lo miraba fijamente, era obvio que lo había pasado pero alto como hiba más atrás, su sonrisa...no era amenazante, era...cálida, pero sonreír ante su pánico no era algo que indicara seguridad o confianza.

- Es...curioso como te asustas de mi forma similar, pero buscas refugio en otra forma de mi - murmuró el hombre con tranquilidad, con un pequeño toque de humor dulce y agradable.

Si antes estaba confundido, ya no había palabras para describir las vueltas que su cerebro daba con demencia, tal vez era el sueño, tal vez escucho mal, tal vez el hombre quería jugar con él...pero como sea que lo viera esa afirmación no tenía sentido.

No tenía nada de sentido.

Pero esos centellantes ojos aseguraban otra cosa.

- Tranquilo, no te lastimare - susurro el joven.

Odio la visión que suministro su cabeza de si mismo como un aterrado venado siendo tranquilizado para que no saliera huyendo, aún menos si era una cría descuidada.

Pero por mucho que quisiera negarlo, era así, estaba asustado, solo quería estar en paz, y cuando el mundo mágico supiera que quería huir al bosque no lo dejarían nunca...y si lo obligaban a regresar con sus tíos...no viviría un día más.

El hombre era un desconocido que fácilmente podría arrancarlo de su paraíso soñado.

Se supone que no había nadie, se había acostado por qué se sentía seguro y...

Aún así, con todas esas emociones, gran parte de si solo seguía viendo al extraño acercarse levemente, con las manos alzadas demostrando que no tenía nada con que lastimarlo.

Cómo si no se pudiera lastimar sin manos ... Y aún así, eso lo calmaba levemente de algún modo, aunque no era conciente de esto.

Se sentía pequeño, débil, encerrado, temeroso y atento a cada movimiento bajo la oscura noche y la luna blanca.

El hombre sonrió tranquilo cuando estubo cerca de él, algo dentro de si se tranquilizó ante la cercanía del hombre, pero simplemente no podía notar eso ahora, estaba desconectado.

Solo de dedicaba a mirar al hombre, inconsciente de que un pedazo de si mismo cantaba por lo que el hombre provocaba...era como el bosque, sentia seguridad.

Ya no parecer conciente de nada.

Había demasiado terror en sus neuronas como para darse cuenta que el hombre no parecía mostrar ningun mal.

- No seas tímido, estás en mi bosque de todos modos - declaró el chico, llamando completamente su atención.

¿Que?

Estaba mareado de tanto pánico, solo miro al hombre unos segundos antes de sentir algo removerse en su interior con más fuerza, algo en la voz del hombre lo hizo conciente de lo que sentía por dentro.

No lo había captado antes, pero tenía una sensación inquieta que gritaba cosas inentendibles.

Decidió escuchar, y a pesar que lo que su sentir exigía era una demencia, solo podía aceptar.

Tal vez era una locura...pero podía confiar en quien tenía delante.

Eso era lo que tenía tranquilo a su cuerpo...por alguna razón algo en su interior sabía que podía confiar en el ser misterioso.

Confiaba solo en él mismo, y está vez no sería la excepción, acepto hacer lo que su instinto pedía.

Lo único que había estado con él desde el principio era ese sentir, había aprendido que siempre tendía razón, ese sexto sentido que buscaba sus deseos y su bien sin que el lo supiera.

Podía confiar, nunca le había fallado.

Y eso decidió hacer, esperaba por Merlin que no saliera mal.

Suspiro de manera casi invisible y analizo lo dicho por el hombre, si iba a hacer algo, debía hablar...

- ¿Que...que quieres decir con que es tu bosque? - pregunto suavemente.

Su voz había sonado baja, más de lo que quería, casi podía confundirse con un viento entre las hojas... Silencioso, y solo en su caso, torpe.

- Soy el amo de este - respondió el hombre, aún si dejar de extender la mano que le había ofrecido ya hace un rato, sonriendo amablemente como había estado haciendo ya hace un tiempo.

Miro la mano con atención, quería tomarla, no sabía que era lo que lo impulsaba, pero quería la compañía de esa persona.

Miro al joven y a la mano tendida...meditando en que hacer...

Suspiro...y tomo la mano.

El hombre no perdió tiempo y ante su agarre lo levanto, pero al hacerlo, gracias a, al parecer, la natural fuerza del joven, él aterrizó en su pecho, envuelto en sus brazos.

Sin entender realmente lo que sucedía solo observo conmocionado y confundido como el hombre extendía su otra mano y la posaba suavemente en su mejilla.

- Eh estado esperando por mucho tiempo - susurró, mirándolo con esas oscuras lagunas brillantes

Cómo el agua en el arrollo celeste, diamantes oscuros.

Y aún así, la descripción no fue suficiente.

Perdido en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora