-Capitulo 40-

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Sabía que tenía una sonrisa tonta, pero es que no podía dejar de admirar el gesto como si le hubieran regalado una estrella real desde el cielo.

Era...hermoso...saber que había alguien que quería darle tales detalles lo dejaban con una sensación en el estómago que no sabía describir.

Pero no era su culpa de ninguna manera.

Es solo que ver tantas muestras de amor lo estaban consumiendo.

No sabía si ya estaba enamorado, pero si no era así entonces no le faltaba mucho.

Bosque ni siquiera parecía esforzarse aún, solo le daba pequeños detalles, pero él era tan infantil y romántico que su corazón saltaba demente ante cada acción.

Darle la mano, guiar el camino, ofrecerle protección, Merlín, alguien quien amaba la naturaleza tanto como él.

Que no preguntaba cuando se esconderían bajo techo o cuando comerían de verdad, no está vez.

Ahora tenía alguien que parecía perfecto.

Sus palabras calidad, sus acciones de sencillas, la amabilidad con que lo trataba.

Simplemente se estaba derritiendo.

Y sabía que estaba sonrojado ¿¡Pero que podía hacer!? Nunca nadie lo había tratado con tanto cariño

Nunca penso que podría conocer a alguien que disfrutaría las caminatas por el bosque todo el día, que tolerará su actitud infantil.

Que lo quisiera a él.

Eso sí le había parecido imposible, que alguien lo quisiera a él, que hubiera visto tanto y que aún así lo quisiera, no solo eso, que lo amara y, para derramar el vaso, que quisiera enamorarlo.

Era algo hermoso de pensar, él...estaba a punto de enamorarse.

Pero de nuevo, si vez ramas por todo el bosque en forma de corazón mientras una persona atractiva, bella, amable, tierna y protectora te acompañaba y aceptaba todo de uno era ...

Muy... difícil de encontrar.

Perdido en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora