Perdido en el bosque

-Capitulo 11-

Cuando una suave brisa llegó a sus mejillas los primeros rastros de conciencia comenzaron a llegar, revoloteo los ojos hasta lograr abrirlos, el sueño queriendo negarse.

Se removió un poco en su lugar, tenía un calor anormal y sentía sus energías renovadas.

Parpadeo satisfecho, había descansado bien, pero aún así estaba tan cómodo que era tentador seguir dormitando.

No lo hizo, claro, sabía que era mejor no hacerlo, por lo que abrió los ojos, para darse cuenta que había dormido más de lo planeado.

Los colores del cielo y el sol en su lejanía indicaban el pasar del tiempo, y aunque todo a su alrededor estaba cubierto de extensos mantos de hojas, logro notar el cambio.

- Oh...- soltó antes de conectar su cerebro - Supongo que en realidad estaba cansado...- murmuro antes de removerse de nuevo en silencio, tocando suavemente el árbol de manera distraída.

Algo de preocupación comenzó a aparecer en su pecho, aunque sabía que ya no podía hacer nada.

Pero no se puso nervioso ni tuvo ganas de huir, por alguna razón no podía preocuparse totalmente, se sentía calmado, seguro...era una sensación rara, se sentía protegido.

- Gracias por permitirme descansar- dijo al arbol antes de apartarse más y decidir que hacer.

Ya había comido, por lo que no era una necesidad total, en cambio, tenia que buscar algo para las heridas de sus rodillas, taparlas con algo para que no se dañaran más.

Tal vez unas hojas o...

No termino ese pensamiento, su cerebro por fin despierto rápidamente asimiló todo a su alrededor, notando por fin que... él estaba apoyando su codo en su rodilla...

Y no dolía.

Se confundió totalmente, se estaba alarmando un poco por no comprender, no podía ser su magia, unos de los peligros de ese bosque es que la magia para los que no han madurando completamente era complicada, no funcionaba realmente bien allí.

Ese era otro riesgo de su paraíso, aunque el consideraba que así era mejor, no habrían niños tirando hechizos ni dañando el bello lugar.

Aún así eso no explicaba la situación, se obligó a respirar para recuperar la calma, pensando en él, lo que sentía, dónde estaba, tenía que tranquilizarse.

Gracias a eso noto que algo dentro de si estaba tranquilo, su instinto, así que todo estaba bien, su instinto siempre tenía la razón.

Solo podía confiar en él, y si una parte de el le aseguraba que todo estaba correcto entonces podía creer.

Después de calmarse totalmente fue cuando pensó que lo mejor sería revisar sus rodillas.

Al bajar la mirada se llenó de sorpresa.

Sus rodillas estaban normales, sin ninguna herida o raspón, ni mugre o suciedad, estaban como siempre.

Pero aún más sorprendente fue la ropa que se había rasgado

Estába...estaba cosida.

A pesar de la sorpresa logro cordinarse para inclinarse más cerca y observar con atención.

Entonces el aliento una vez más se escapó de él, no era hijo verde, cómo pensó antes, eran tallos de flores, más delgados, casi como un alambre-hilo bastante funcional...y una así...

No entendía como eso había pasado, no tenía sentido.

Estaba limpio y curado, y su ropa arreglada, pero nunca sintió nada acercarse...

Fue entonces cuando un sonido de rugido llegó a sus oídos, y ese resonante sonido le recordó algo que había olvidado.

Su almuerzo.

Estudiar en hogwarts tenía ese inconveniente, se acostumbraba a las tres comidas y ya no tenía tanta resistencia para aguantar hambre.

Lo había olvidado, realmente pensó que aguantaría pero...sin magia y sin costumbre era más difícil.

Y la única manzana entre la noche pasada y todo ese día no parecía suficiente.

No quería enojarse consigo mismo, pero antes aguantaba con una manzana, incluso con menos...que tenga que buscar comida.

Nego, no era su culpa, y nadie debería aguantar hambre, no podía hacer nada.

Decido ignorar lo del hilo, pues aún así no lo entendería, y también lo de su, ahora, poca resistencia, no tenía sentido.

Era mejor levantarse y buscar algo de comer.

Además, debía recordar que no era totalmente seguro quedarse en un solo lugar, no cuando era Harry Potter, un niño necesario en la sociedad mágica.

Solo tenía que esperar que lo olvidarán para ser solamente él.

Siguio caminando, asegurnadose está vez por completo que no era el mismo lugar de antes, y aunque tenía una sensación rara por ese árbol en especial, lo tomo como cariño, era muy cómodo de todos modos.

Decidió seguir caminando, entregándose nuevamente a la fascinación por todo a su alrededor.

Ignorando en el fondo de su mente que algo o alguien lo había ayudado

Y el por qué nadie lo había encontrado aún

Tal vez pronto sabria