Sintió el miedo invadir cada parte de si como una corriente eléctrica helada que consumía cómo presencia todos sus sentidos, la adrenalina llegar a cada extremo de su cuerpo incitandolo a hacer algo, pero no había que.
Sus ojos se nublaron de pánico al sentir que comenzaba a caer, todo lento de una manera tortuosa, y al final, demasiado rápido como para entenderlo del todo.
No podía hacer nada, desde el segundo en que las piedras se desprendieron debajo de si solo sintió un temor devorador, no sabía que hacer, solo miraba como se alejaba del cielo que sintió tan cercano hace un momento...
Se senta aterrado por el final de todo.
Estaba allí, cayendo y temiendo por el golpe, por lo que pasaría después.
Sentía el viento silbar fuerte y desorientarlo aún más, el sentimiento de traición y dolor comenzaron a brotar de él y se arrepintió de haber confiando en el hombre.
Cuando sintió el más mínimo roce contacto cerro los ojos con una fuerza bestial, sabiendo que, fuera una rama o el mismo suelo, se acercaba al final de la caída y el golpe lo lastimaria horrorosamente.
Pero para su consternación, eso no pasó.
El golpe jamás llegó, no sucedió, en su lugar, sintió un agarre grueso y fuerte, que no lo lastimaba, si no que le brinda a seguridad.
Ante la sorpresa inaudita y confusa sus ojos se abrieron lo más rápido posible, casi lastimandolo por la diferencia de fuerza y luz.
Si no fuera por el fuerte agarre que lo sostenia lo más probable fuera que estuviera en el suelo, incluso sin estar de pie se sintió mareado, temblando, se sentía tambalear en el aire.
Se sentía consumido por tantas emociones, sin poder lograr captar nada; solo podía ver cómo una rama de árbol, grande y elegantemente fuerte, se enroscaba en su cintura, evitando su estrepitosa caída.
Con más elegancia y delicadeza que el sauce boxeador, ondulado y precisó, la rama lo bajo lentamente, acercándolo más al suelo, mientras él se recomponía del shock.
Está serpenteaba en madera, viva como el lazo del diablo y con un aire que las personas envidiarán no poder imitar, era asombroso, pero indudablemente extraño.
Aún no había entendido del todo cuando la rama del frondoso árbol lo dejo caer.
Pero no en el frío suelo o en el barro como espero, tampoco en grama o algo similar, no.
Si no en una cama de bellos pétalos violetas, pétalos vibrantes de flores perfumadas y suaves que no podían más que maravillar.
No hizo nada para evitarlo, miro sorprendido los hermosos pétalos y las bellas flores de color tan precioso, mirando a su alrededor sin encontrar el motivo de por qué estaba allí.
Mirando arriba noto que tales flores rodeaban abundantemente al fuerte árbol que lo había bajado con elegancia, y a pesar de algunas ramas sin follaje, el árbol estaba lleno de montones de pétalos verdes brillantes, iluminados suavemente por la luna.
No sabía que decir, no sabía si quiera si lo que veía era real.
La sensaciones después de la adrenalina eran confusas, era una calma maravillosa, se sentida asombrado y amado de cierta forma.
Estar acostado en tales flores, tan cerca y tan lejos del bosque, cuidado solamente por un campo púrpura y un enorme árbol que poseía una elegancia sin igual.
No sabía cómo reaccionar, estaba casi en automático en esos momentos, solo regreso su mirada a los dulces petalos antes de levantar la cabeza por la sensación de alguien mirando.
Solo para encontrar al mismo hombre, con una sonrisa dulce y unos ojos juguetones y tranquilos.
Y a pesar que su mente racional le exigió huir, se quedó allí, mirando confuso, sin entender nada.
- Disculpame por favor - susurro el hombre con visible arrepentimiento - pero necesitas descansar, no era mi intención interrumpir tu sueño - se explico.
El hombre pareció pensarlo unos segundos, pero ante la obvia falta de evasión del otro, dió unos paso adelante, mientras miraba al más pequeño con tranquilidad y pesar.
Pero eso no importaba mucho, pues mientras el hombre se acercaba, ante su ojos, cadenas violetas, moradas y púrpuras comenzaron a caer y extenderse suavemente.
Miro arriba con evidente curiosidad solo para quedar sin palabras o reacción, más que unos ojos iluminados por la maravilla que veía.
Mientras el extraño hombre se acercaba el árbol, a su vez, coloreaba su oscuro follaje verde por un violeta vivido y encantador, que caía en cadenas y cuerdas de lo más espectaculares, igual a la cama de flores en dónde estaba acostado.
Tan asombrado por lo que veía que no noto como el hombre dió sus pasos finales para agacharse frente a él.
Solo cayó en cuenta cuando, al voltear a verle, se encontró con otro rostro, pero no sentía tal temor que pensó tener, no podía llegar a él.
Este, satisfecho por alguna razón, sonrió tiernamente aún más, y ante su total sorpresa, poso un beso en su frente y se alejo.
- Que descanses - susurro él antes de regresar a las sombras y desaparecer.
No sabía cómo reaccionar, nunca antes nadie le había dado un beso así, sentía mariposas en su estómago y un poco de sonrojo por la vergüenza que lo consumia.
Miro confundido en dónde el hombre estuvo alguna vez, sin entender totalmente por qué los latidos de su corazón se habían desenfrenado ante un estraño.
Se sentía protegido como nunca antes, no padre, madre, amigos o demás habían hecho algo así nunca, o no que pudiera recordar alguna vez.
Solo se recostó con lentitud el los pétalos violetas y lilas que lo sostenían y cuidaban.
Y se permitió descansar bajo la luz de la luna que atravesaba las cortinas de flores, aceptando la belleza que acababa de observar junto a un poco de descanso.
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Perdido en el bosque
Fanfiction(En pausa) El solo quería estar tranquilo ¿Por qué no podía?¿Por qué querían quitarle lo único que lo hacía feliz? ¡El nuca pidió ser el niño que vivió! Tenía los ojos nublados, su respiración estaba entrecortada por correr y el pánico que sentía y...