-Capitulo 20-

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Podía escuchar sus pesados pasos resonar por los pasillos mientras se dirigía directamente a la oficina del director.

Normalmente evitaría ir alli, le era incómodo y molesto, el director tenía una obsesión Gryffindor desagradable y siempre estaba con esos dulces muggles que no debería poder consumir.

Dumbledore era exentrico y siempre hablaba como si conociera cosas que no iba a compartir, pero era necesario contarle la situación al director.

Sabía que él comenzaba a desesperar, aunque no lo demostrará mucho, pero él era un experto en leer la cara de la gente, y sabía que Albus temía lo que pasaría sin Harry Potter.

Minerva seguía preocupada, sin entender realmente como ningún hechizo había localizado a Harry hasta ahora, incluso con la explicación de el bosque prohibido de por medio los hechizos deberían dar una mínima indicación.

Por lo menos sabían que el chico estaba vivo o el hechizo ni si quiera brillaría, en cambio, no sé molestaba a señalar nada, solo a demostrar que el chico está en algún lugar.

El niño por lo menos tenía una vena inteligente, huir donde no le pueden localizar, cosa que no le servía en ese momentos siendo el uno de los que tiene que buscarlo.

Pero había que reconocer que Potter no había hecho nada de magia, y como había dicho antes, incluso con el bosque prohibido podría intentar hacerla, pero no, el niño sabía lo que hacía y no se le podía rastrear.

Casi parecía que no estaba en el bosque prohibido.

Pero nadie podría haberselo llevado, la entrada de cualquier desconocido hubiera sido informado al director inmediatamente después de que pusiera un pie en los terrenos.

O eso esperaba, si Albus estaba demaciado senil para reconocer una señal así, entonces todo era su culpa.

Y sabía que Potter podría estar muerto, Merlin no lo quiera, pero incluso así encontrarían algún rastro de él, y las pruebas demostraban lo contrario.

El niño estaba en el bosque, el había sido uno de los que le había visto entrar, lo espero un rato para poder castigarlo pero nunca regreso.

A pesar de la luz de ese momento, ni si quiera se pudo distinguir por dónde había ido, solo recuerda la cara de pánico del niño, esos ojos verdes aterrados realmente estaba molestandolo más que el resto de la situación.

El niño estaba vivo, lejos, escondido y sin rastro, y eso hacia todo aún más complicado, cuando pasaban las horas realmente se preguntaba realmente si la profecía podría ser cumplida.

Tal vez la desaparición de quién no debe ser nombrado esa noche de octubre fue cuando finalizó la profecía, eso explicaría mucho.

Pero aún así, el niño debía seguir en hogwarts.

Parecía ser tan problemático cómo su padre, tal vez peor, y tan...resentido como su madre.

Severus suspiro cuando llegó a la gárgola y dijo otro nombre de dulces

A él le tocaba dar las malas noticias.

Aún no lo encontraban.

Perdido en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora