- ¡¿Cómo?! – preguntó ella alterada levantándose de su asiento de la impresión, estaba muy furiosa mirando al mensajero.
- El altercado se salió de control, hoy por la mañana hicieron el recuento, su primo está averiguando más, quiere peinar el reino buscándola – contó el mensajero escupiendo todo de una sola tanda.
- ¡Dile que no sea un incompetente y que vaya a buscar a esa basura como de lugar, esa no se saldrá con la suya! – espetó enfurecida – ¡Y encárgate que mi contacto me tenga información fresca, quiero saber qué demonios sucedió! ¡No puede salir sin que nadie lo note!
Gato estaba en pasmado, era una noticia que quería escuchar hace mucho tiempo, sonrió al instante, estaba muy contento ¡Su Kitty por fin es libre!
¡Esa era la razón del comportamiento de Dulcinea! Ayer se enteró de esto...pero nos sabía todo el contexto... ¡Por eso estaba tan pendiente de él! ¡Más que de costumbre!
Tenía un impulso y una emoción que no sentía hace mucho tiempo, era revitalizante ¡Tenía que pensar en algo, pero ya! ¿Qué haría primero? ¿Investigar la biblioteca de este lugar? ¿O marcharse los antes posible para poder advertir el grupo que la información ya estaba dando vuelta y que comenzaría la cacería?
¿Y si le decía a Joey que el viniera a este reino a investigar en la biblioteca mejor?
Unas campanadas interrumpieron su hilo de pensamientos, avisando la hora, ahí se percató que estaba un pelín atrasado en su junta, pero quien podía culparlo si andaba en las nubes con la tremenda noticia.
Gato prefirió irse, ya había escuchado lo necesario y con el mismo sigilo en el que se había acercado se marchó hacia la caballeriza, mientras estaba en eso, su mente buscaba alguna idea para poder ir al reino, de las consecuencias se preocuparía después. Pero esto era muy urgente, el peligro no había pasado en su totalidad.
Cuando ya estuvo en la caballeriza, vio que Mateo y Mario habían sido los primeros en llegar después de él.
- ¡Hola Gato! ¿Llevas mucho tiempo esperando? – preguntó él.
- No, tranquilo, solo fueron unos minutos – le contestó.
- Discúlpanos de todos modos, tuvimos que apagar un par de incendio por eso aplazamos la actividad. – contó Mateo. El gato naranja asintió con cortesía y le continuaron hablando sobre eso y otras cosas más, por supuesto seguía "desconectado" pensando en ideas... por suerte comenzaron a llegar los demás e indicaron que irían a un campo a jugar una partida de no sabía que cosa.
Se subieron a los equinos y Mateo lideraba el grupo, eran más o menos unos diez y Gato quedó a un costado de Mario.
- No es que me quiera entrometer, pero... te ves distraído - ¿Todo bien?
Es que ni disimular podía – Este... - dijo dudativo, ya que lo había pillado desprevenido – Me informaron de una situación que está ocurriendo en el reino y mi Capitán me pidió colaboración – mintió él, contando lo primero que se le vino a la mente – Necesito ir para allá, es mi responsabilidad, además soy su mano de derecha.
- Oh comprendo – dijo él pensativo - ¿Muy grave?
- Sí... - le contestó Gato no sabiendo que más inventar – Estaba pensando en cómo irme, debido a que no vine con mi caballo.
- ¡Haberlo dicho antes! Nosotros podemos facilitarte un caballo y todo lo necesario para el viaje – dijo Mario muy amable.
- ¡Se lo agradecería eternamente! – le dijo él emocionado, no pensó que fueran ayudar extraoficialmente, es decir, sin avisar a nadie más. De alguna forma les devolvería la mano.
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Eres la luz dentro de mi oscuridad
AventuraGato trabaja en la Guardia Real del Palacio en el reino en el que vive donde aloja sus cinco princesas que juntos a sus compañeros tienen que proteger y cuidar. Pero él solo le interesaba una, Dulcinea. Bueno eso era lo que creía hasta que en su cam...