Capítulo 8: El comienzo

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Joey se encontraba con Gato haciendo guardia nocturna en la puerta del palacio, hace tiempo que no se topaban en un mismo turno así que aprovechó la oportunidad de contarle a su amigo sobre su relación con Claire, no quería mantener un oculto un secreto a su casi hermano.

-Si te cuento algo ¿Me prometes que no te alterarás?- preguntó Joey.

-Eso depende de muchas cosas- bromeó Gato.

-Es en serio – dijo levantando una ceja.

-Lo prometo – dijo el volviéndose sereno.

-Estoy en...algo – comenzó a contar el pero su amigo le interrumpió.

-¡Milagro de los dioses! ¿Quién es?- preguntó él.

-Este...no es de aquí...¿Recuerdas a la dama que rescaté en esa protesta? - preguntó nuevamente Joey.

-Q...¡¿Qué?! – preguntó sorprendido al darse cuenta.

-¡Lo prometiste! – le acusó Joey dándole un golpe.

-¡Vaya sorpresa!- agregó el gato naranja. No podía acusarle del tremendo embrollo en el que se metió ya que estaría escupiendo al cielo -¿Hace cuánto?

-Varias semanas – contestó – Me volví cercano a ella desde que me buscó y luego dimos el siguiente paso.

-Si te pillan estarás frito amigo – se preocupó Gato.

-Me importa un comino...Tú sabes mi posición de esto- dijo su amigo.

-Supongo que te iras de aquí ¿o no? – preguntó Gato.

-No por ahora pero si está en nuestros planes por eso mismo decidí contarte por si quieres unirte, te servirá un montón para alejarte de Dulcinea.

-Si, es buena idea – dijo Gato.

-¿Cómo te ha ido con ella? – preguntó Joey.

-Iba bien hasta que el Rey se le ocurrió ascenderme a guardaespaldas personal de ella- contestó no muy contento.

-Demonios- dijo su amigo.

-Lo mismo pensé – Gato dijo.

-Eso fue capricho de ella de eso es seguro, notó que la estas evitando, ten cuidado – dijo Joey temiendo a que el volviera a caer.

-Nah no te preocupes- dijo él desinteresado, esto extrañó al gato dorado.

-No es fácil desencantarse de alguien...¿A quién estás acechando?- preguntó.

¡Es que no se le iba ninguna este desgraciado!...Resultaba que una particular gata de ojos bonitos le estaba robando la mayoría de sus pensamientos a quien no ha visto en un mes, creyó que se le iba a pasar el "encanto" aunque sucedió todo lo contrario...

La extrañaba...no sabía si se encontraba bien, si le habían capturado o si estaba en la cárcel...difícil saberlo si no tenía como ubicarla.

De hecho se estaba planteando en ir a la zona baja para buscarla y hablar sobre ello, ¿Qué pensaba ella? ¿Qué solo era un juego? ¿Notaba la química que se formaba cada vez que se veía?¿ O solo era cosa de él?

-Digamos que la vista ha estado agradable – dijo él. Su amigo rió – Tengo una curiosidad...¿En qué momento se juntan? – preguntó para desviar el tema.

-Ah...En una taberna que pocos conocen, todos pueden ir ahí, no existe ningún tipo de discriminación- le contó.

Con esta nueva información a Gato se le ocurrió que podría ir algún día y probar suerte para ver si se encontraba con ella.

Eres la luz dentro de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora