Capítulo 34: Sacrificios

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- ¿Tienes alguna idea? – preguntó Alice.

- No, pero tiene que ser ahora, no sabemos cuándo volverá a hacer vigilancia – le dijo Kitty.

- Ay...como podemos pasar desapercibida y sin que sospechen de nosotras... - dijo ella.

- Mmm... - pensó la de ojos azules – Improvisaré, quédate cerca, has como que haces algo.

- Sí, nada sospechoso – ironizó Alice – Me alejaré un poco e iré cerca de la parte trasera, nos encontraremos ahí.

- Ok – asintió Kitty, ella comenzó a caminar hacia el costado del edificio, excusándose que necesitaba sombra que este proyectaba. Por "casualidad" ella se quedó cerca de la esquina, lo mejor de todo es que estaba sola, nadie que pudiera ser testigo, ni exponerse ni ella ni el guardia, quien se encontraba a unos metros de ahí, a la vuelta de la esquina donde estaba él ajeno a la presencia de Kitty.

La gata se acercó otro poco para que pudiera escucharla.

No pudo evitar ponerse nerviosa...

- Psst – lo llamó.

- ¿Eh? - preguntó confundido sin saber por dónde lo estaban llamando.

- No me busques, te estoy hablando desde tu costado – explicó con voz suave lo más disimuladamente posible.

- Sale de aquí antes que te eche a patadas – advirtió.

- Por favor habla más bajo – le pidió urgida – No quiero armar problemas.

- Entonces vete – volvió a amenazar.

- Te conozco...de la taberna...tú sabes cual – dijo en voz baja – Festival de la Luna – agregó Kitty sin que se le ocurriera otra cosa y cruzando los dedos para que funcionara – Sabes de lo que hablo.

El guardia se quedó en silencio.

- No te preocupes, es secreto, lo sé – le dijo la gata, trataba de modular lo más imperceptiblemente posible y con voz baja.

- Entonces que quieres – dijo finalmente, el ni siquiera podía ver a Kitty y mucho menos sabía si la ha visto alguna vez.

- Necesito de tu ayuda – le dijo la gata.

- No puedo sacarte de aquí – espetó.

- No, no es eso lo que quiero – dijo Kitty – Solo necesito enviar una información a la taberna.

- Si es crear una revuela, te advierto que no será una buena idea – le dijo el guardia.

- No es nada de eso, te lo prometo – le aseguró – Quiero enviar una carta para que sepan que estoy bien, no he sabido de mi familia, por favor. Tú sabes lo difícil que está el asunto en el sector bajo.

- Lo sé – concordó.

- Solo...pido eso. Te juro que no te involucraré en nada – dijo sinceramente Kitty.

- Está bien, pero solo por esta vez – dijo.

- Gracias, de verdad.

- La única forma que puedo recibir ese tipo de cosas sin problemas es que logres que te "castiguen" en la celda de detenciones, tal como estos tipos del edificio, es la única manera de intercambiar sin que lo noten.

Le encontraba razón, ella no podía llegar con la carta y acercarse a él como si nada, se expondrían los dos. Kitty estaba dispuesta a pagar el precio por esa mensajería.

- Hecho, no puedo ponerme exquisita – dijo ella.

- Tienes dos días para redactar la carta y entrar a esa celda, ese día estaré a cargo de esa zona – dijo rápidamente.

Eres la luz dentro de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora