Kitty perdió la noción del tiempo estando dentro de esa celda, no sabía si era de día o de noche, incluso cuantos días había pasado desde que entró. Tenía mucha hambre, se le antojaba de esos sándwiches exquisitos que Claire hacía...o esas tazas de leche caliente y sentir esa sensación de calor de hogar...
La verdad que de comida no ha sabido nada, si no fuera por lo que había traído a escondida ya se hubiera desmayado, con suerte bebía el agua que le habían dejado.
Sí que eran unos condenados en este lugar, si no te morías en un encontrón sería por hambre o por alguna enfermedad, esto último lo pensaba debido al primer día que habían llegado y que los mojaran para evitar las supuestas pulgas...con ese frío no se sorprendería que alguien ya estuviese resfriado.
Pasó un buen rato en la que estaba hundida en sus pensamientos, eso de estar quieta sin hacer nada en que distraerse también le jugaba en contra, tal como le pasaba en otras veces que se ponía muy pesimista y en otras con ganas de luchar, estar tan inestable también la volvía nerviosa, pero tenía que mantenerse fuerte.
De pronto sintió que alguien se acercaba y se sorprendió mucho al recibir visita por parte del guardia que le había ayudado. Antes de entrar a su zona se aseguró que nadie lo viera.
- Toma – le dijo al verla tan débil – Es mi colación.
- Gracias – le dijo ella descubriendo un pan con jugosa carne, le mandó un mordiscado de buena gana.
- De nada – le dijo – No dejaron respuesta, pero si recibieron el mensaje.
Debe haber una razón...aunque le hubiera gustado leer al menos a Claire.
- Bueno... lo más importante es que saben que estoy bien – dijo un poco triste y pensó que él se iría, de nuevo se sorprendió al verlo quedarse ahí.
- Ya te recuerdo – dijo este guardia – Te vi un par de veces en esa taberna...sé que tu pertenecías al grupo que ayudaba a la zona baja ¿O no?
- Así es – reconoció Kitty.
- Mira, si puedo y si tienes carta te la haré llegar sin que vuelvas a estas celdas, buscaré la forma para ello. Y al encargado del bar ya dejé avisado por si dan respuesta – le dijo.
- ¿En serio? – preguntó sin creerlo – Pero...te estarás arriesgando ¿O no?
- Solo hasta mis limites – le respondió – La zona baja les necesita...está crítico por decirlo menos.
- Aunque salga y vuelva ahí... no creo que pueda ayudar mucho – le dijo sinceramente.
- Parte de mis familiares escapó con ese plan que hicieron ustedes – contó él determinado.
- No entiendo...tú perteneces por lo menos a la zona media – dijo extrañada.
- Mi clan fue separado, éramos un gran grupo familiar con una gran variedad de pelajes...con este reino, no he vuelto a ver a mis abuelos, tíos... incluso no he conocido primos y sobrinos – le contó – Ni a mis padres los he visto...ellos ni siquiera conocen a sus nietos.
Ahí comprendió todo, por eso sabía del plan y que parte de ellos se fueron del reino.
- Lo lamento – le dijo y el guardia asintió aceptando su apoyo.
– Por eso no puedo ayudarte tanto como quisiera, mi familia está primero - agregó él.
- Lo comprendo, no te preocupes – le dijo Kitty.
- Pero te ayudaré en lo que pueda – le aseguró.
- Gracias otra vez – le dijo sincera y pronto hubo un silencio incomodo - Entonces...me conocías...
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Eres la luz dentro de mi oscuridad
AventuraGato trabaja en la Guardia Real del Palacio en el reino en el que vive donde aloja sus cinco princesas que juntos a sus compañeros tienen que proteger y cuidar. Pero él solo le interesaba una, Dulcinea. Bueno eso era lo que creía hasta que en su cam...