Kitty corrió hacia donde se encontraba Gato, de la emoción lo abrazó, debido a que ella se estaba aburriendo de tanto buscar.
- Nuevamente, estaba frente nuestras caras – dijo la gata.
- Usualmente, es la forma que se nos está dando las cosas – dijo divertido - ¿Lista para entrar?
- Lista – respondió.
Gato abrió la compuerta forzando el candado que tenía, al abrir, había una escalerilla. También estaba muy oscuro. Kitty estaba a punto de bajar, pero su novio la detuvo.
- ¿Qué sucede? – preguntó extrañada.
- Preferiría bajar yo primero – le respondió en tono protector y Kitty rodó los ojos.
- Gato, no me va a suceder nada – dijo la gata.
- Pero no sabemos que hay abajo, hace tiempo que nadie recorre esos caminos – dijo el Guardia Real.
Kitty negó con la cabeza – Ya, está bien, anda tú primero si así te quedas tranquilo – dijo resignada ella. Gato sonrió.
El gato naranja bajó por la escalera. Al hacerlo, se encontró con muchas telarañas, incuso tuvo que escupir porque se le había metido en la boca y en los bigotes, usó su mano para quitársela. Una vez que llegó abajo, le avisó a Kitty para que bajara con cuidado, ella se las arregló para bajar con antorcha en mano y la encendió una vez que llegó a su destino.
Comenzaron a avanzar, notaban que hace mucho tiempo que no se recorría el lugar y a medida que iban descubriendo, el túnel en un principio tenía madera en los costado y techo para sostener, como si fuera una mina y por esa razón encontraban herramientas antiguas botadas en el suelo, luego ya no aparecían y daba paso a una cueva con firme rocas. Gato y Kitty pudieron apreciar que algunas partes tenían incrustadas piedras preciosas que brillaban con el fuego de la antorcha.
- Qué hermoso – dijo Kitty encantada con el lugar. Su voz se escuchó tal como un eco, era el único ruido que se provocó, además de sus pasos.
- Jamás había visto algo así – dijo el gato naranja de acuerdo con ella.
Siguieron caminando tomados de la mano y maravillados con ese paisaje. Por primera vez estaban tranquilos y sin temor a que los pillaran, disfrutando por fin.
En un momento del camino comenzó a descender levemente, en el transcurso se iban dando cuenta que había más piedras preciosas y una que otra luciérnaga, cada vez brillaban más, todo muy lindo. El camino seguía inclinándose, siguieron avanzando alrededor de media hora cuando llegaron al punto de tener que bajar escalones grandes y medianamente altos, incluso se sentía que el ambiente estaba más húmedo.
- ¿Escuchas eso? – preguntó Kitty agudizando su oído y Gato hizo lo mismo. Pudo percibir un sonido como de...¿Agua? ¿Una cascada?
- Sí, creo que sí lo escucho – le respondió.
A medida que seguían caminando, el sonido del agua se hacía más fuerte y sentía como una especia de bruma les rozaba en el rostro, hasta percibían que se estaba aclarando.
¿Cómo era eso posible?
- Wow – dijo pasmado Gato junto a Kitty. Una vez que se aclaró todo el lugar, habían llegado hasta el límite del camino ya que desde ahí comenzaba una escalera natural, donde podían ver todo el paisaje, en la parte superior había un agujero enorme donde llegaba la luz solar que iluminaba un asombroso lugar y el cielo de un hermoso azul, era un oasis y este tenía árboles de todo tipo, arbustos y una cascada hermosa que daba nacimiento a un rio mediano. Qué hermoso podía llegar ser la naturaleza.
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Eres la luz dentro de mi oscuridad
AventureGato trabaja en la Guardia Real del Palacio en el reino en el que vive donde aloja sus cinco princesas que juntos a sus compañeros tienen que proteger y cuidar. Pero él solo le interesaba una, Dulcinea. Bueno eso era lo que creía hasta que en su cam...