Pasó por tanto y solo quería descansar, su corazón dolía en cada momento gracias a las palabras hirientes que lo atravesaban.
TaeHyung solo pedía una cosa, ser amado tal y como es.
¿Tan difícil era eso?
Pensaba que jamás llegaría esa persona...
O...
―Jeon JungKook y Kim TaeHyung, trabajarán en equipo. ―Mencionó serio el maestro, haciendo que los dos amigos sonrieran en grande.
Mientras que el profesor seguía diciendo quienes harán el trabajo juntos, TaeHyung y JungKook hablaban.
―¿Vienes a mi casa hoy? ―Preguntó JungKook, esperando una respuesta buena, pero los ojos del castaño perdieron su brillo en un instante.
―Tengo que pedirle permiso a mi madre, pero, ¡Iré! ―Dijo muy seguro.
El pelinegro sonrío, pero no estaba tan feliz por esa respuesta, le llamaba la atención ese comportamiento, definitivamente, algo pasaba en la casa de TaeHyung.
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TaeHyung ya había llegado a su casa, JungKook le dijo que a las 5 vaya para allá, y si es posible, que vaya mucho más temprano.
Respiró hondo, tratando de mantener la calma por si algo llegase a pasar.
Caminó despacio hasta la habitación de su madre, muy nervioso.
Tocó la puerta, y escuchó un pesado "Pasa", tan característico de su mamá.
Abrió la puerta lentamente, poniéndose en frente de su madre, acariciando sus manos por los nervios que recorrían todo su cuerpo.
―Madre... El maestro dejó un trabajo, y es en pareja... ―Se detuvo un momento, viendo los ojos atentos que lo miraban. Comenzó a hablar nuevamente, mucho más nervioso. ―Hice un amigo, se llama JungKook y... ―Fue interrumpido por la risa seca de su madre.
―¿Un amigo? ―Sonrió, dejando la revista que estaba leyendo de lado. ―¿Quién quisiera ser tu amigo? Eres horrible, TaeHyung, lo sabes, y él solo quiere engañarte... Vamos, ¿Tú con amigos? Por favor, no me hagas reír, hijo. ―Soltó una pequeña risa, sin creerlo.
Fue un golpe directo al corazón del castaño, presionó sus labios, lo que decía su madre no puede ser verdad.
―Madre, ¿Desde cuándo te importo? ―Levantó un poco la voz, sin embargo, ésta se escuchaba temblorosa.
―No te equivoques TaeHyung, me importa muy poco lo que haces y lo que no. ―Frunció el ceño, consiguiendo una leve risa del castaño.
―Entonces, si no te importo, simplemente me iré a la casa de JungKook, haré el trabajo ahí, madre. ―Mencionó, dolido, para luego retirarse de ahí.
Justo antes de irse, su madre, le dejó bien en claro que nadie lo iba a querer en serio.
¿Era tan necesario recordárselo en cada maldito segundo?
Lo odiaba, se odiaba, y no podía hacer nada al respecto.
Llevaría a Yeontan con el, JungKook le dio permiso, así que, podría estar tranquilo.
