Pasó por tanto y solo quería descansar, su corazón dolía en cada momento gracias a las palabras hirientes que lo atravesaban.
TaeHyung solo pedía una cosa, ser amado tal y como es.
¿Tan difícil era eso?
Pensaba que jamás llegaría esa persona...
O...
―Señora Jeon, ¿Qué haremos en la sorpresa para JungKook?―Preguntó algo apenado, pues ya tenía planes con el pelinegro.
―¿Qué propones tú, pequeño?―Sonrió, lavando los platos con la ayuda del menor.
―Bueno... Pensaba en invitarlo a salir un rato, mientras que usted y algunos amigos de él vengan... O al revés, que Jimin por ejemplo lo lleve a pasear mientras yo la ayudo acá en la cocina y en decorar con los demás.―Propuso, lavando los platos al compás de Minjae.
―Buena idea, pero preferiría que tú vayas a pasear con JungKook, siendo más específica... Que tengan una cita.―Miró los ojos del castaño, notando su sonrojo.
―¿Q-Qué? S-Señora Jeon yo-
―Sabes muy bien que mi hijo está enamorado de ti, ¿Cierto?―Preguntó, recibiendo un pequeño asentimiento del castaño.―¿Tú sientes lo mismo?
TaeHyung presionó los labios, realmente él estaba confundido, no sabía aún. ―Y-Yo... No lo sé, estoy confundido señora Jeon.―Desvió la mirada, avergonzado.
―Lo entiendo, pequeño.―Sonrió, asintiendo.―Entonces... ¿Podrías tener una cita con JungKook?
―S-Sí, claro...―Cubrió su rostro, estando sonrojado hasta las orejas.
Minjae rio por la imágen, le parecía muy tierno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al fin JungKook despertó y notó todo lo que habían preparado para él, un gran desayuno para el cumpleañero.
Los tres tomaron juntos el desayuno, hablando y riendo. Hasta que al fin, era el turno de TaeHyung, tenía que actuar rápido, pues el día se pasaba volando.
TaeHyung vio a JungKook dirigirse a su habitación para cambiarse, así que luego de unos minutos fue él también, mientras que la señora Jeon lavaba nuevamente los platos y cubiertos usados.
Cuando entró, se encontró con JungKook sin camiseta, agitando levemente su cabello, viéndose al espejo. Ambos la darse cuenta de la presencia del otro se sonrojaron.
―A-Ah... Y-Yo vengo luego.―Iba a irse pero la mano del pelinegro lo detuvo, acercándolo un poco más.
TaeHyung notó que el cuerpo de JungKook estaba bien trabajado, no dejaba de ver su abdomen. ―TaeHyung, mis ojos están aquí.―Señaló, riendo.
―¡Lo siento!―Soltó, avergonzado.
―No te preocupes, de hecho, ¿Querías decirme algo?―Acarició despacio el cabello del menor, sonriendo.
―Si, uhm...―Mordió, sus labios, apenado.―J-JungKook, ¿Te gustaría tener una cita conmigo?―Cerró sus ojos, nervioso.
El pelinegro sintió sus mejillas arder, dejó salir una pequeña risa, estando más que feliz.―Claro, ¿Por qué no?
