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3 de Agosto del 2017.

―Maldita sea...

―¿Quiere que vayas a su casa? Que poco creativo para disculparse.―Dijo con recelo el castaño, cruzándose de brazos.

―Tendré que ir... ¿Crees que me espere a punto de tirarse del quinto piso?―Mencionó tratando de que parezca broma, pero en realidad tenía un miedo inmenso.

TaeHyung lo notó, como se estaba viendo en el espejo grande que tenía en su habitación, mientras se peinaba.

Se acercó sigilosamente, rodeando su cintura con los brazos, poniéndose de puntitas para alcanzarlo.―Deja de encubrir tu miedo, JungKook... No es bueno para ti seguir con esa mentira.―Susurró con cariño, sonriendo levemente.

JungKook suspiró, jalando a TaeHyung de los brazos, poniéndolo en frente de él, para abrazarlo por la cintura. Ambos viéndose en el espejo, como encajaban perfectamente.

―No sabes cuánto deseo eso... Realmente no puedo, todos los malditos días al despertar lo primero que pasa por mi cabeza es que Jiu Yang se haya suicidado, no podré cargar con la puta culpa...―Hizo más firme su agarre en la cintura de TaeHyung, temblando un poco.

El castaño asintió, calmado totalmente.―Solo piensa en todo lo que puedes hacer para evitarlo... Pero no te atormentes haciendo cosas excesivas que es obvio que no quieres hacer.―Tomó la mano de su mayor y la entrelazó, observando el contraste del color de sus pieles juntas.

JungKook era tan frío y a la vez tan cálido, tan predecible pero a la vez no tanto, tan hermoso... Sus palabras caen como gotas de lluvia en un día soleado, te hacen sentir vivo de nuevo, pero pueden hundirte en lo más profundo de un océano, y a veces te llevan en lo más alto del cielo.
Sus ojos eran tan bellos como el mismo amanecer, tan bellos como el mismísimo cielo.

Por otro lado, TaeHyung era demasiado cálido, el resplandor de sus ojos cuando sonríe es lo más hermoso que podrá ver JungKook en toda su vida. Sus manos tan delicadas y suaves eran una obra de arte, su voz tan profunda que lo hacía sentir un leve escalofrío. Su bella personalidad que lo cautivó en un instante... ¿No es como un ángel? Sí, lo es, TaeHyung es un ángel, su ángel.

Por eso encajaban perfectamente, son distintos, pero tan parecidos a la vez.
Anhelaban tener al otro para darse la calidez necesaria, porque uno necesita estar frío cuando es verano, y uno necesita estar caliente cuando es invierno.
Tan solo un abrazo y se escuchará el fuerte latir de sus corazones a cien metros de distancia. 

―Tienes razón...―Soltó un suspiro esta vez más calmado, con los ojos cerrados.―Llevaré todo esto en paz, para poder estar tranquilo.―Los abrió, y lo primero que vio fue a TaeHyung sonriendo a través del espejo, causándole un fuerte sonrojo por lo hermoso que se veía.―Pero sinceramente... Cuando estoy contigo ya estoy más que tranquilo.

TaeHyung se volteó, quedando frente a frente con el mayor, acarició sus mejillas tan cariñosamente, que JungKook podría dormirse ahí mismo con el amor emitido por el castaño.

Sintió los labios del menor dejar un pequeño beso en ambas mejillas, para luego sonreírle.

―Es mejor que ya vayas, no hagas esperar a tu... Novio.―Fingió una sonrisa, alejándose luego.

Eso le cayó como balde de agua fría a JungKook, cayendo en la realidad asintió, suspirando.
―De acuerdo... Nos vemos, te escribo cualquier cosa.

Salió de la habitación, dirigiéndose a la puerta para abrirla y pedir un taxi, yéndose de una vez a la casa de su novio.
Pasaron varios minutos, divisó parejas felices agarradas de la mano caminando, y sintió una punzada en el corazón.
Tocó la puerta y fue recibido amablemente por Jiu Yang.

Your Beauty Never Scared Me // KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora