✎ ⁞ 𝟰 𝟵◞

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Se aplicó el bloqueador solar en el rostro con delicadeza para que la piel no le ardiera tanto como en la mañana. Al terminar se dio una última mirada en el espejo antes de salir, observando detenidamente su aspecto.

Aunque aún no se había bronceado tanto por el sol, sí adquirió un bonito y tenue color rojo en los pómulos y parte de la nariz.

Salió del baño después de acomodarse el collar que Diego le regaló en su cumpleaños y al levantar la vista se encontró a su novio mirándola fijamente, sin moverse ni un solo centímetro.

— ¿Se vé mal? —. preguntó dándose un fugaz vistazo a sí misma. El moreno se aproximó a ella, negando con suavidad, tomó sus manos entre las suyas y dejó un suave beso sobre sus nudillos.

— Te ves preciosa —. afirmó sonriéndole y transmitiéndole la confianza que necesitaba para estar completamente segura de su elección de vestido para la salida que tenían planeada. — ¿Lista para irnos? te va a encantar, es un bar muy lindo —.
entrelazó sus dedos, dispuesto a llevarla con él todo el tiempo para continuar divirtiéndose en sus pequeñas vacaciones.

Diego no mentía, el establecimiento era muy bonito. Se trataba de un restaurant-bar con música en vivo y barra libre que era muy cotizado por los turistas que viajaban a ese lugar.

El moreno la dejó un momento sola para atender una llamada de parte de una persona del conjunto técnico del equipo en el que jugaba en Sevilla; en un principio, se negó a atenderlo diciéndole que no iba a hacerle eso cuando se suponía que era su espacio a solas, pero Alina se lo impidió y le pidió que respondiera, ella lo esperaría dentro hasta que terminara la llamada.

Ya había entablado una amena conversación con uno de los jóvenes que atendía el bar, su nombre era Daniel. Le resultaba agradable la forma en la que hablaba y hablaba sobre lo mucho que disfrutaba trabajar ahí y también le contaba sobre aspectos de su vida que le divertían bastante.

Tal vez le agradó porque en cierta manera le recordaba a ella. Al igual que aquel muchacho, Alina siempre hablaba con mucho cariño sobre el Barra Negra.

Solo detuvieron su conversación para que Daniel fuera a atender a las personas que recién habían llegado a la barra y los recibió como a ella, con una amplia sonrisa y con una cordialidad admirable.

Sintió una mano tomarle ligeramente la cintura, y la joven, pensando que fue Diego el que tuvo aquel gesto, volteó el rostro para verlo. Borró su sonrisa cuando se encontró con un hombre que definitivamente no se trataba de su novio; sin importarle si se veía grosera, apartó la mano del desconocido de un manotazo y se desconcertó cuando lo vio sonreír ladinamente y levantar las manos en son de paz.

No negaría que el hombre frente a ella era atractivo, pero jamás se fijaría en alguien más que no fuese Diego.

Y mucho menos lo haría al ver que él se tomaba tantas confianzas con ella al agarrarla de la cintura, lo habría golpeado de no ser porque se encontraban en un lugar público y lo que menos quería era echar a perder la bonita noche que Diego estuvo esperando disfrutar con ella durante todo el día.

— Lo siento mucho, no era mi intención incomodarte, pensé que eras mi hermana yo... quedamos de vernos aquí. Debí suponer que no eras ella, suele ser muy cosquilluda y odia que la toquen de la cintura o la espalda  —. habló por primera vez aquel hombre, tomando una pequeña distancia para que supiera que decía la verdad. — En serio, perdón.

Debía tener alrededor de los treinta años, no se veía tan mayor. Alina no le respondió, solo se limitó a mirarlo para luego buscar con la mirada su novio con discreción.

— Es bastante común ver a mujeres hermosas por aquí, pero no es normal verlas solas —. volvió a hablar, intentando establecer una conversación con ella.

𝙎𝙏𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙀𝙔𝙀𝙎        ━━━━ 𝖣𝗂𝖾𝗀𝗈 𝖫𝖺𝗂𝗇𝖾𝗓  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora