Nunca se había sentido tan agotada físicamente ni siquiera cuando de niña entrenaba durante horas hasta que alguna acrobacia le saliera a la perfección.
Su parte favorita era cuando podía practicar su estilo libre sobre la enorme colchoneta del gimnasio donde varios deportistas reconocidos asistían para entrenar, aunque si hubiera tenido que elegir una sola área, elegía la barra de equilibrio sin dudar ni un poco; disfrutaba saltar y dar vueltas de carro sobre el estrecho espacio combinadas con esa sensación de ligero vértigo cuando pisaba muy a la orilla y se sentía como si fuese a caer, impresionantemente nunca lo hacía.
Dejó escapar todo el aire que retuvo en sus pulmones en un largo y cansado suspiro, miraba todo a su alrededor completamente satisfecha de al fin haber terminado de acomodar todo en el último regalo que le dio su abuela, su nuevo hogar.
Al principio, Angi no estuvo nada de acuerdo con dejar ir a su amiga a su nueva casa, era algo normal ya que ambas jóvenes vivieron juntas por tres años, compartiendo cada instante de sus alocadas vidas, haciéndose compañía una a la otra; la ojiverde incluso lloró y se aferró a su pierna como un niño pequeño en medio de un berrinche y por ese motivo Alina le propuso que fuera a vivir con ella y como era de esperarse, su amiga se negó rotundamente diciéndole que eso sería algo muy encajoso de su parte.
Alina habló con ella para convencerla, recordándole lo bien que se la pasaban juntas en su propio espacio, todas esas noches de desvelo por estar escuchando con las luces apagadas el jaleo de los vecinos cuando discutían o se molestaban unos con los otros a tal grado de llamar a la policía; también le dijo que de esa forma ya no tendrían que apartar la parte de la renta del departamento y les quedaría más dinero de sus sueldos.
Solo así aceptó, tanto Angi como Alina estaban hartas de tener que pagar cada mes esa cantidad de dinero.
Sintió unos brazos alrededor de su cuerpo, abrazándola por la espalda y recargando la barbilla encima de su cabeza, no fue necesario voltear para saber de quién se trataba, él le había estado ayudando toda la mañana a terminar de acomodar las últimas cosas para que ahora sí la mudanza estuviera concluida.
— Tu abuela enserio te ama, Ali —. el rizado soltó una leve risa, ella también rió.
Cuando su abuela le dijo que le había comprado una casa se imaginó algo más pequeño, algo con el suficiente espacio para ella y al menos otra persona, pero no fue así.
Era una casa grande de dos pisos con 4 habitaciones y un bonito y amplio jardín que su abuela mandó arreglar para que Alina pudiera plantar y cuidar cualquier planta o flor que quisiera, justo como deseaba hacerlo cuando era pequeña.
Aurora Martell nunca escatimaba en gastos si se trataba de consentir a su nieta.
— ¿Qué te parece poner un rosal justo ahí? siento que quedaría bonito —. la voz de Sebastián a sus espaldas la hizo sonreír. — No no, mejor un árbol de limones, tú amas el limón —. el más alto se separó de ella para caminar hacia la puerta de vidrio deslizante, abriéndola para señalarle el jardín.
— Puedo ayudarte a plantarlo —. rió bajo ante el entusiasmo de su amigo.
— Y tal vez podríamos mover la mesa un poco hacia acá, se vé muy bonita ahí pero después va a ser una lata andarla secando cada que llueva.— Sebas... — lo llamó esperando tener su atención.
— No mejor no, si la recorremos ya no tendría chiste.
— Sebas...
— ¿Crees que haya probabilidad de poder agregarle al menos una sombrilla? —. el de ojos claros estaba tan concentrado en darle incontables ideas sobre cómo mantener en buen estado la mesa del jardín que ni siquiera la había escuchado.
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𝙎𝙏𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙀𝙔𝙀𝙎 ━━━━ 𝖣𝗂𝖾𝗀𝗈 𝖫𝖺𝗂𝗇𝖾𝗓
Diversos❝ 𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘳𝘪𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘦𝘭 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘯𝘪𝘯̃𝘰 𝘦𝘯 𝘴𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 ❞ ● 𝐡𝐨𝐧𝐞𝐦𝐨𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟐 En curso. Prohibido adaptar. Vota, comenta y hazme saber tu opinión. 𓄹𓈒 𑑛 𝐀𝐥𝐭𝐡𝐞𝐚