A la muerte de Baelon Targaryen, sus tres hijos Viserys I, Daemon y Daenyra se convierten en posibles herederos al trono.
Donde Daemon Targaryen y su hermana Daenyra Targaryen están decididos a luchar por el trono de hierro O Donde Daemon Targaryen...
Rickon detuvo a Daenyra antes de que ella se acercara a Gilliane.
—Seguro hay algún malentendido —trato de justificar el norteño.
Pero no la había. Todos los presentes en el matrimonio vieron lo sucedido, de cómo la chica Glover se interpuso entre la copa de vino y en una muerta Serafina. Y eso era lo que era. Un intento de asesinato hacia Daenyra Targaryen, nieta del rey, hija del proimo y hermana de otro futuro rey.
— No hay justificación, norteño —Daemon se acercó, pasando uno de sus brazos por la cintura de Daenyra.
— Es una equivocación —defendió el norteño —, ¿verdad?
Rickon miró a una sollozante Gilliane. Ella miraba al suelo, donde yacía el cadáver de Serafina Hightower.
— Yo... —Gilliane estaba sin palabras.
Al principio, cuando pagó unas cuantas monedas a uno de los muchachos responsables de servir el vino, le pareció buena idea. Desde niña, su padre habló sobre los planes que tenía sobre ella y Rickon en un futuro. Ellos eran bastante unidos desde niños y al crecer, Rickon se fue aislando de ella poco a poco, cosa que le había lastimado bastante. Su padre la golpeó cuando recibieron las noticias sobre la futura unión entre la casa Targaryen y la casa Stark.
«Por no esforzarte más» le había dicho mientras la abofeteaba.
Nadie intentó defenderla, ni sus hermanos ni su madre. Se quedaron allí, viéndola caer al suelo mientras sus lagrimas recorrían sus mejillas.
