A la muerte de Baelon Targaryen, sus tres hijos Viserys I, Daemon y Daenyra se convierten en posibles herederos al trono.
Donde Daemon Targaryen y su hermana Daenyra Targaryen están decididos a luchar por el trono de hierro O Donde Daemon Targaryen...
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Daemon fue llamado a mitad de la noche. Hacía horas que había llegado desde la plaza de Desembarco del Rey. Firmemente, él creía que la ciudad ya no era lo que solía ser. Desde hacía años que no pisaba la ciudad en la que él había crecido, con su matrimonio y su unión a las capas doradas, sintió el tiempo ir con creces.
Vio a su hermano mirarlo con enojo. Daemon ya preveía que su acto anoche en Kings Landing le traería consecuencias, pero poco le importó. Después, vio a Otto al lado de su hermano; la mano del Rey. El enojo y la rabia hacia la mano predominó en su cuerpo.
Su primo, Corlys lo miraba al igual que su hermano. El evidente enojo de los presentes en la sala hacia el destilaba se podía notar a kilómetros.
No vio a la pequeña figura parada al lado de Corlys hasta que avanzó unos pazos y la vio allí. Ambos hermanos se miraron sin saber que decir, pronto; Daemon recordó lo que ella le había hecho y frunció su ceño. Bajo la mirada al suelo y fue directo a sentarse. Tomó la silla que le correspondía a la mano del Rey y levantando sus pies, los apoyó en la mesa.
— Entonces, ¿cuál era ese asunto urgente que debía ser atendido? —preguntó con indiferencia el platinado.
Cuando Viserys se sentó, todos los demás lo hicieron. Otto miró a Daemon con enojo, por una parte por lo que había hecho hace horas atrás y otra por haberle quitado el asiento. El Hightower suspiró y caminó hacia su esposa, la cual no sabía donde sentarse, la tomó del codo y la llevó al lado de él. Daemon vio la interacción con enojo.
— Tus acciones, hermano —le respondió el Rey.
— Continua —dijo Daemon mirando esta vez a Otto —, creo haber escuchado algo sobre la impunidad de mis actos.
