A la muerte de Baelon Targaryen, sus tres hijos Viserys I, Daemon y Daenyra se convierten en posibles herederos al trono.
Donde Daemon Targaryen y su hermana Daenyra Targaryen están decididos a luchar por el trono de hierro O Donde Daemon Targaryen...
Los días continuaron pasando y pronto, los días comenzaron a convertirse en semanas y las semanas, en meses. Oficialmente, Daenyra se encontraba en Drift Mark durante dos meses. Los avisos y recompensas en favor de la princesa Daenyra Targaryen continuaban llegando.
Gracias a Daemon, Daenyra se enteró que Rhaenyra continuaba duplicando la recompensa para aquellos que supieran el paradero de la princesa. Le partió el corazón enterarse que Alicent no hizo nada por ella. Ningún aviso, ninguna recompensa, nada.
Daenyra creía que esa Alicent, no era la suya. No era la niña que la platinada había criado con tanto amor y dedicaciones. La Alicent de ahora era una mujer envenenada por su padre.
Por otro lado, Vhagar y ella habían estado separadas. Daemon le recomendó a la peli plateada mantenerse alejada de la dragona mientras su estadía en Drift Mark se alargaba.
Y lo mejor era eso.
Daenyra había estado bien.
Aún no entendía como no pudo reconocer los signos de envenenamiento temprana, pero mientras más pensaba, más comprendía.
En Desembarco del Rey, Daenyra se sentía sofocada. Se sentía como una prisionera más de Viserys, con sus exigencias y sobreprotección. No recuerda haber sentido felicidad desde que se casó con Otto.
Y la mano del rey era otro problema.
Durante la desaparición de la princesa Targaryen, Otto había parado cualquier movimiento militar a ocultas del rey. Alicent sabía lo que su padre estaba haciendo, pero después del nacimiento del pequeño Aegon, comprendió que tenía que dejar de pensar en su madre y comenzar a pensar en su hijo.
Rhaenyra continuaba siendo la heredera.
La pelirroja y su padre hablaron incontables noches sobre ese tema y después de varias reuniones, Alicent decidió no buscar a su madre.
Total, no era SU madre.
Solamente era un reemplazo que su padre había conseguido para la verdadera.
Daenyra abrió los ojos. Se sintió cansada y fatigada durante la tarde, por lo que al final, decidió tomar una siesta.
Se dio cuenta que la noche ya había llegado hace horas a Drift Mark. La luz de la luna entraba por la ventana y alumbraba su rostro. Bostezo levemente y se sentó en la cama, tratando de despertarse completamente.
— Buenas noches —habló Rhaenys entrando a la habitación —, justo venía a despertarte.
— Pues no se diga más —bromeó la platinada —, ¿qué sucede?
