47. Levanten sus espadas

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Daenyra miró a sus ojos mientras los tres niños plateados jugaban con sus dragones

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Daenyra miró a sus ojos mientras los tres niños plateados jugaban con sus dragones. Salieron de la guarida del lobo aprovechando que el sol salió en el Norte después de varias semanas sumidos en la nieblina y el frío.

Daenyra encontró al dragón gigantesco reposando cerca de un río a unos cuantos kilómetros de Winterfell. Pudo convencer a los guardias que el dragón no era ningún problema y los mando hacia atrás, esperando que se ocultasen entre la nieve. No estaba seguro si era indefenso o no entre otras personas.

Canibal y Balerion jugaban a un lado. Como si ambos se empujaran y corrieran como niños pequeños. A Daenyra le resultó chistoso la escena. Mientras tanto, sus niños jugaban con Gato, Dragón y Azul respectivamente.

Ni bien la vio, el dragón negro como el carbón alzó el hocico y la acercó hacia sus manos, esperando caricias.

— Hola —le saludó la princesa acariciandolo. El dragón ronroneo en cambio. Balerion se acercó un tanto tímido a ella y se sentó en el suelo esperando su turno.

Daenyra sonrió.

Una vez hecho, el dragón gigantesco resopló mirando la escena. Sus ojos observaban los movimientos de Daenyra y en sus labios estaba dibujado una sonrisa. Era feo, tenebroso y horrible, pero Daenyra pensó que era tierno.

— ¿Como debería llamarte? —murmuró en Valyrio. La bestia resopló —, ¿Daemon?

El dragón bufó con dramatismo y Daenyra pudo sentir que la miraba como si preguntara «¿en serio?»

— Entendido. Daemon no... qué tal Boash... como aquel Dios Valyrio.

Recibió un resopló.

— ¿Eres hembra? —preguntó Daenyra —, ¿cómo se sabe si un dragón es hembra de todos modos? ¿Tienes pilin? —bromeó la princesa y el dragón volvió a empujarla. — Solo jugaba.

— Mamá, solo ponle el primer nombre que se te ocurra en la cabeza y ya —comentó Baelon mientras él y su dragón jugueteaban en la nieve.

— Mmmmm, qué tal... —miró a su alrededor — Snow —el dragón le gruñó —, está bien, lo entendí; es feo. Mmmmm ... fuego.

Al dragón pareció agradarle.

— Siempre fuiste mala colocando nombres — Daenyra se dio la vuelta en cuanto escuchó las palabras de Rickon Stark tras ella.

No tuvieron la oportunidad de entablar una conversación decente desde que el norteño llegó. La conmoción a su alrededor se mantuvo cuando Cregan anunció que su padre en efecto, estaba vivo. El consejo decidiría si el Lord continuará como Guardián del Norte o el puesto pasaba directamente a Cregan.

— Claro que no —negó con la cabeza —, siempre fui muy buena en todo.

— Permíteme dudarlo.

Se acercó a ella con lentitud mirando al dragón maravillado. Sus hijos pararon de jugar para observar al hombre delante suyo.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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THE LAST GREAT DYNASTY | House Of The DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora