Capitulo 14

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Hanna

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Hanna

Observarlo es como mirar al enemigo directo a los ojos.

—¿Será? —cuestiono, suspicaz.

Lo que Travis me dijo esta mañana, se ha quedado arraigado en mí, molestándome al igual que lo hace la conciencia de uno. La duda sigue ahí, cuestionándome cada vez que mis ojos se topan con la comida que yo misma he preparado.

—No creo que sea tan terrible —aclaro, recelosa.

Descubrir que haces mal la única cosa que realizas para contribuir en el hogar que te ha brindado una gran ayuda, no es algo agradable, por el contrario, es devastador. El sentimiento empeora al recordar que Travis nunca se ha quejado de mi comida, incluso, cuando dijo que a Diego no le gustaba el sabor, no mencionó que el compartiera el mismo pensamiento, sino que, comió cada migaja que había en el plato.

Suelto un suspiro.

Se que no mintió, Travis no es así, pero ¿realmente mi comida sabe tan mal?

—¿Hola? —aparece, mostrando su cabellera en la puerta principal, enfundada en una enorme cazadora y un par de botas relucientes.

Me enderezo al instante, alerta.

—¡Cassidy! —chillo, yendo a su encuentro.

La castaña me muestra una enorme sonrisa al verme, corriendo directamente a abrazarme.

—Te extrañe tanto —dice, meciéndome entre sus brazos, igual que un mono de peluche.

Sigo sin acostumbrarme a este tipo de muestras de afecto. Vera y yo siempre tenemos una manera distinta de demostrarnos el cariño que sentimos por la otra.

—Yo también —miento. Aun sigo molesta por la jugarreta que nos hizo a Travis y a mí.

Estira sus brazos, aun sosteniendo los míos, crea una diminuta distancia entre nosotras, lo suficiente para observarme con sus hermosos ojos marrones, que logran disfrazar a la loca que habita en el fondo de su retorcido cerebro.

—Dime, ¿para que soy buena?

—Necesito...

—¿Y mi hermano? —me corta, rebuscando por todos lados. Ruedo los ojos, irritada—. ¿No deberían estar aun en la etapa de la luna de miel? —Se quita las prendas extras, expuesta al ambiente cálido de la casa.

—Claro, follamos como conejos —finjo estar entusiasmada.

Se aleja, herida.

—Noto cierta vibra negativa —señala.

La observo, con mi cara gritando que estoy lista para asesinar a alguien.

—Toda una genio, dime, ¿cómo lo descubriste? —interrogo, sarcástica.

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