Este es uno de los capítulos qué más me ha costado escribir. Espero que les guste ❤️❤️❤️
Hanna
Su sola mención hace que mi piel se erice, el tono de voz que es utilizado para decir su nombre no es de gran ayuda.
Me quedo ahí, congelada.
Su vista no se separa de mí, posada de manera pesada.
—¿Qué? —pronuncio con dificultad.
Trago el torrente de emociones atorado en mi garganta.
Deja el vaso a un lado, inclinándose con sus codos sobre las rodillas.
Su pecho ya no se encuentra expuesto, ha vuelto a la misma vestimenta de todos los días; camisa de cuadros, pantalones de mezclilla, botas de trabajo, sombrero vaquero.
¿Cuánto he dormido?
—¿Quién es Tom? —repite, ceñudo.
Hiperventilo, aterrada.
Responder traería mi pasado de vuelta, tan doloroso y sofocante como siempre.
—¿Por qué la pregunta?
Responder con preguntas, un juego peligroso, pero efectivo hasta cierto punto.
Levanta la vista del suelo, encarándome.
—Responde —demanda.
Cada fracción de su rostro se encuentra tensa, definidas. Ya no está la mirada que tanto me gusta.
Sus ojos marrones se oscurecen ante mi demora, apagados.
—No importa quien sea —refunfuño, retrocediendo en la cama hasta que mi espalda golpea el respaldo.
Se levanta, enfurecido.
—¡Claro que importa! —asegura, sus manos hechas puños descansan a ambos lados de su cuerpo.
—No —contradigo, contagiada de su mismo humor.
—¡Si! —reitera—. Importa cuando mi mujer —me señala— no deja de repetir su nombre entre sueños.
Parpadeo, consternada.
Avanza hacia a mí, igual que un oso a su presa, alzándose sobre su imponente figura. Hay una gran diferencia; Travis nunca se atrevería a cazarme, no de esa manera.
Sus ojos me observan, inyectados de adrenalina.
—Quiero saber quién te causa pesadillas.
—No quiero hablar sobre eso —doy por terminada la conversación, hundiéndome en las almohadas a mi lado.
—Oh, no. Yo si quiero hablar sobre eso —alza la voz, enfadado.
Abro un ojo, sorprendida.
—Ah, ¿sí? —chasqueo la boca, incorporándome—. Entonces, hablemos.
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Vida Soñada
RomancePor cientos de años, las personas destinadas a pasar el resto de su vida juntos se conocían en algún bar, parque, instituto, en el trabajo, incluso, en la calle. Siempre fue así, excepto para Hanna, quien al ya no tener nada que perder, decide encon...