Capitulo 2

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Hanna

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Hanna

No ser bienvenida en un lugar no es nuevo para mí, lo he padecido en múltiples veces, pero, ser tratado como un intruso en un lugar que se supone que seria un nuevo comienzo no se compara con todo lo demás.

El material del que están hechas las paredes amortiguan los gritos que vienen detrás de ellas, sin embargo, las enormes ventanas me permiten ver el interior, los gestos de las dos personas ayudan a imaginar el rumbo que toma la discusión.

¿En qué me metí?

Todo se derrumba cuando Cassidy sale de la propiedad, dando un portazo.

—Eres un idiota —suelta, dando grandes zancadas en mi dirección—. ¡Te vas a quedar solo!

— ¡Bien! —vocifera Travis, saliendo detrás de ella—. ¡Así no tendré que soportar a una hermana entrometida!

Los ojos de ella se clavan en su hermano, fulminándolo, mientras que el no demuestra estar perturbado por ello, todo lo contrario, su furia aumenta hasta un punto de ebullición, aun mas cuando su mirada se cruza con la mía, mandando un escalofrío por toda mi columna vertebral.

—¡Eres un cavernícola, manteniéndote aislado aquí! —señala a su alrededor.

—¡Y tu —la señala con un dedo— eres una niña inmadura!

Mantenerse al margen de la pelea no funciona del todo, puesto que Travis de vez en cuando manda algunas miradas hirientes es mi dirección, culpándome con ellas.

—Vámonos —ordena Cassidy, arrastrándome lejos de su hermano.

Miro sobre mi hombro, observando las cosas que aun se mantienen recargadas sobre la viga, la mirada de Travis capta lo mismo que yo.

—Mis cosas —zarandeo el brazo de Cassidy.

Su fuerza es mayor que la mía, mis movimientos eufóricos no hacen nada en ella, apenas logra ser una leve caricia.

—Hanna, arruinas nuestra salida triunfal —recrimina.

—No comprendo lo que sucede —protesto.

No menciona ni una sola palabra, su aura aun destila toda la furia que siente.

Sin hacer enojar más a la reina del drama, acato su indicación silenciosa, subiendo al mismo vehículo en el que llegamos, por seguridad, intento abrochar el cinturón, pero este se suelta, dejando ver las largas batallas que ha luchado con el pasar de los años.

Nos alejamos del rancho, siendo seguidas por la mirada oscura de Travis, su postura rígida logra intimidarme, prometiéndome mil infiernos a su lado.

Clavo mis uñas en el asiento, dañándolo bajo mi toque.

—¿Cassidy? —mi voz sale en un susurro.

Todo el sendero esta conformado por tierra y algunas diminutas piedras, nada recomendable para conducir en exceso de velocidad, por desgracia, esto no le importa a la mujer sentada a un lado mío, quien se mueve ágilmente sobre los caminos de terracería.

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