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Kore había entrado en el equivalente al hospital de los Omaticaya, Tsu'tey le había arrojado a la cara las cosas para que se curase y se había ido.

Kore sentía lastima por él, tenía tan grabado aquel grito de dolor en su mente que parecía que lo escuchaba cada vez que lo veía.

Sentía que él gritaba pidiendo ayuda de forma silenciosa.

Terminó de vendarse las heridas cuando Tsu'tey llegó con dos prendas de ropa.

Este también se las lanzó sin mediar palabras con la chica, y salió de la estancia.

Kore miró la ropa que había en el suelo, levantandola, y observando estas dos diminutas prendas.

Suspiró antes de despojarse de su ropa y ponerse esta.

Sentía que su entrenamiento iba a ser muy largo.

[....]

Tsu'tey prácticamente la empujó hasta el lugar donde estaban todos cenando. Ni siquiera le importó que la joven hiciera muecas de dolor por la pierna, ni la ayudo a subir los escalones.

Kore siguió a Tsu'tey copiando su forma de andar entre los na'vis, hasta que llegaron al lado de Olo'eyktan.

Tsu'tey mostró su respeto ante el hombre y Kore le copio.

Luego ambos se sentaron para empezar a comer. Kore prefería no ver qué estaba comiendo, solo centraba su mirada en su alrededor.

Vio y oyó a Jake llegar, le dio una mirada de advertencia para que se comportara, pero Jake le hizo demasiado caso.

Kore se giró hacia el que sería su entrenador con una pequeña sonrisa.

-Eres Tsu'tey, ¿cierto?

Tsu'tey la miró, teniendo un pequeño deja vu ante aquella irónica situación.

-Tsu'tey Te Rongloa Ateyo'itan.

Respondió este viendo flaquear la sonrisa decaer del rostro de su nueva aprendiz.

-¿Puedo llamarte Tsu'tey simplemente? Es que si necesito ayuda allí afuera, hasta que termine de decir eso el Thanator ya me habría devorado.

Tsu'tey resoplo al ver cómo la sonrisa de la chica no se iba de su rostro, incluso tratando de bromear con él.

Kore odiaba el silencio, sobretodo el silencio incómodo, pero sabía leer el rostro de las personas; y el de Tsu'tey gritaba claramente que lo dejarán en paz.

Así que eso hizo, se mantuvo en silencio todo el tiempo.

Hasta que le hablaron.

-Mi hija Neytiri dice que tienes un hijo.

La tsahik hablo mirando a Kora cuando la comida apenas quedaba ya en su hoja.

Kore asintió sonriendo aún más al recordar a su pequeño.

-Sí, es la cosa más tierna e inocente del mundo.

La tsahik sonrió ante aquellas palabras.

-¿Cómo se llama?

Metanoia¹-Tsu'tey-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora