Metanoia¹-Tsu'tey-

¹⁹

Kore escuchó ruido a lo lejos, se removió antes de abrir los ojos, cerrandolos rápidamente por la luz.

—¡Mamá!

Unos pequeños brazos rodearon el cuello de Kore.

Kore abrió los ojos lentamente, dándose cuenta de que estaba en su maui, y de quien la abrazaba era Nayah.

Sonrió antes de abrazar a su pequeño, pero aún confusa.

—¿Qué pasa, pequeño?

Preguntó Kore con la garganta seca.

Nayah se alejó de su madre, limpiandose con fuerza las lágrimas.

—Creí que no despertarías. El tío Jake dice que tienes un traumatismo craneal.

—Nayah, deja a mamá descansar.

Regaño Mahina entrando al maui.

Kore se levantó sin entender nada.

Mahina se sentó a su lado, dándole un vaso con agua.

—Lo siento.

Murmuró el pequeño abrazando a su madre.

—¿Qué ha pasado?

—Llevas un día insconciente, ¿por dónde te has quedado?

Kore frunció el ceño.

—¿Qué ha pasado con Quaritch?

Mahina sonrió poniendo su mano sobre el hombro de su madre.

—Está muerto.

Kore sonrió, sintiendo la calma volver a su cuerpo, la guerra ya había terminado.

Su guerra ya había terminado.

—¿Qué ha pasado con Jake?

—Está con papá, ayudando con la mudanza.

Kore frunció el ceño.

—¿Qué mudanza?

—La mía, hoy me voy a mi maui con mi esposo.

Kyra entró con una sonrisa en el rostro.

—¿Cómo estás, mamá?

Kore se sorprendió al ver que su hija no estaba triste.

—¿Qué ha pasado con Neteyam?

Preguntó confundida hacia Mahina.

Kyra emitió una pequeña risa mientras avanzaba hacia su madre.

—Está bien, solo se desmayó por la pérdida de sangre.

—Ahora tiene a Kyra como su niñera personal.

Se quejó Nayah.

—¿Entonces todo está bien?

Los tres sonrieron a su madre.

—Todo está bien.

Anunció una quinta persona entrando al maui.

Kyra y Mahina se apartaron para que Kore pudiera ver en todo su esplendor a Tsu'tey.

Este tenía un tatuaje en su hombro.

Kore se levantó con ayuda de sus hijos.

—¿Y ese tatuaje?

Tsu'tey sonrió antes de envolver su brazo en la cintura de Kore, atrayendo la hacia él.

—¿Esté? Un símbolo de que ya somos parte de los Metkayina.

Kore abrió los ojos con sorpresa.

—¿Y eso?