Metanoia¹-Tsu'tey-

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Kore abrió sus ojos encontrándose en medio del bosque.

Se incorporó confundida mientras una na'vi estaba frente a ella, mirándola con una sonrisa tan amable en el rostro, que Kore solo tardó dos segundos en distinguirla.

—¿Sylwanin?

La na'vi asintió antes de abrazar a la que alguna vez fue su amiga.

—Me alegro de verte, Persephone—ambas se separaron y se sentaron bajo las ramas del árbol. Kore agarró una de las ramificaciones que brillaban—. Este es el árbol de las almas, lo utilizamos para escuchar a nuestros ancestros.

Kore miró fascinada la ramificación entre sus manos, antes de mirar a su amiga con una gran sonrisa.

—Pandora es realmente hermosa—su rostro se apagó por unos segundos antes de volver a hablar—. Siento mucho lo que pasó.

Sylwanin apoyo una de sus manos en el hombro de la chica y le sonrió.

—No tienes que sentirlo, no fue culpa tuya—la na'vi dudo unos segundos antes de hablar—. Tsu'tey últimamente solo me habla de ti.

Kore se sorprendió ante esto, separándose de su amiga momentáneamente.

—Me está entrenando.

—Lo sé. Ahora los dos veis lo que yo quería que vieseis—Kore parecía confundida—, siempre supe que seríais buenos amigos, pero Tsu'tey era cabezota y tu demasiado curiosa.

—Eso no ha cambiado.

Sylwanin nego levemente.

—Puede ser, pero habéis madurado. No sois los mismos.

—¿Por qué me has traido aquí, Sylwanin?

La na'vi parecía muy gratificada con su pregunta, sonriendo orgullosa antes de volver a acercarse.

—Sanok me habló una vez de la metanoia, ¿sabes lo que es?—Kore negó levemente—. Yo tampoco lo sabía, lo leí en un libro de griego. Significa el proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de alguien.

Kore funció el ceño.

—¿Qué tiene que ver eso conmigo?

Sylwanin sonrió burlona a su amiga antes de tumbarse en el pasto.

Kore la imitó.

—Siempre has sido muy directa y muy impaciente. Desde aquel día no he hablado con nadie más, solo con Tsu'tey, quiero mantener una conversación.

Kore se mordió el labio asintiendo levemente, reflexionando acerca de las palabras de su amiga y de lo triste que debía ser aquello.

—¿Cómo es todo? ¿Qué hay después de la muerte?

Sylwanin sonrió levemente con un deje de tristeza.

—Eywa nos abraza a todos como a sus hijos; este lugar siempre ha sido mi favorito en el mundo, por eso estoy aquí—Sylwanin se levantó y señaló al frente, Kore se sorprendió al darse cuenta del magnífico lugar que se abría ante sus ojos. Un lugar demasiado puro como para poder existir, sentía que no debería estar allí. Estaban en una cueva, rodeadas por un lago cristalino e iluminada solamente por el árbol de las almas y plantas y criaturas bioluminiscentes—. Tsu'tey lo encontró cuando teníamos 10 años, él me lo mostró. El equilibrio perfecto entre tierra y agua. Tal vez suene muy egoísta lo que te voy a pedir, Kore, pero quiero que me prometas algo.

Kore asintió levemente volviendo a la realidad de la situación.

Carraspeó antes de hablar.

—Claro, lo que quieras.