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Los guerreros Metkayina llegaron montados en sus Skimwing.

En la nave asesina se podía ver a cinco niños.

Kore reconoció a Shuri y a Nayah allí, parando de golpe.

—¡Alto, detenlos!

Pidió Jake a Tonowari, que no dudo en hacerle caso.

—¿Quiénes son?

Preguntó Kore tratando de descifrar quiénes eran los otros tres, aunque lo sospechaba.

—Tienen a nuestros hijos, a vuestra hija, a Tuk, a Lo'ak, a Shuri y a Nayah.

Kore gruño hacia la nave.

Jake, linda, decidles a vuestros amigos que no ataquen—habló Quaritch por el intercomunicador—. Si queréis que vuelvan, venid vosotros dos solos—Quaritch sacó un arma—. Sabéis bien que no suelo ir de farol.

Quaritch puso el arma en la cabeza de Lo'ak.

—Mierda.

Murmuró Jake dejando el arma.

Te acogí bajo mi tutela, Jake—Quaritch tomó una pausa—. Te di mi protección, Persephone, y me traicionasteis. Acabasteis con los vuestros, hombres y mujeres buenos. No voy a vacilar si tengo que ejecutar a vuestros hijos.

Quaritch movió la pistola a la cabeza de Shuri.

Kore gruño.

Danos un segundo—pidió Jake antes de mirar a Kore—. ¿Hermana?—Kore ni siquiera le miró, solo asintió cortamente—. Quedaos aquí.

Kore empezó a avanzar con Jake detrás de ella, sentía la mirada de Tsu'tey pegada a ella, pero poco le importaba.

Sus hijos valían más.

—Son asesinos de Tulkun, deben morir. Hoy, aquí.

Negó Tonowari.

Kore se giró para verle.

—Es a nosotros a quienes quieren, siempre hemos sido el objetivo, les da igual cazar a nuestros Tulkun, retened a nuestros hijos.

Explicó Kore.

—Vosotros habéis provocado esto. ¡Vosotros!

Acusó Ronal con ira.

—Entonces somos nosotros quienes debemos hacer esto.

Tonowari dio la orden de que los Metkayina bajarán las armas.

Está a punto de caducar la oferta, ¿qué hacemos?

Preguntó Quaritch.

No abráis fuego, vamos a salir.

Informó Jake poniéndose junto a Kore.

Ambos avanzaron hacia la nave.

—Ma Kore, ¿qué está pasando?—preguntó Tsu'tey—. ¿Ma Kore?

Kore bajó la cabeza, dándole eso como respuesta.

De repente un Tulkun salió del agua atacando a la nave asesina.

Kore se llevó la mano a la boca, sorprendida por lo que el Tulkun había hecho.

Payakan lanzó a un hombre a lo lejos, y ese fue el pistoletazo de salida que Kore necesitaba para empezar a luchar.

Emitió un grito de guerra al tiempo que cargaba su arco, hizo que Neen se hundiera.

Cuando volvió a subir no dudo en disparar a todo aquello que tenía a su alcance, a su alrededor los Metkayina ya empezaban a crear el caos a su paso, matando e incendiando naves.

Metanoia¹-Tsu'tey-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora