Chapter 1

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Sadasha

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Sadasha

El largo camino a la capital del país se torna extenso, vamos todo el trayecto colindando por un río. La sangre de mi pierna se va secando lo que hace tranquilizarme, pues al menos no moriré desangrada.

Los murmullos no cesan haciendo el recorrido mucho más tedioso, todas están preocupados por eso último que dijo una de las esclavas.

El demonio de ojos diferentes resuena como eco en mis pensamientos, creo que nada podría hacerme sufrir más que alejarme de mi hermana. Así que para mí que sufro desde que salí en busca de mis padres y no la veo desde ese día, para mí es suficiente tormento.

La madrugada la veo pasar en un suspiro y casi veo el alba despuntar tras las grandes montañas, no logré conciliar el sueño en toda la noche y mucho menos ahora que estamos justo en el lugar que siempre anhelé conocer.

Byreshryn abre sus gigantes puertas, hay guardias por doquier asegurando el tráfico intenso de carrozas finas, personas con cargamentos a caballo, mercaderes, familias entran y salen ya que el amanecer no es impedimento para un nuevo comienzo del día. Entramos directo sin que nos inspeccionen pues tenemos el sello real por todos lados en la carroza.

Nunca pensé que la capital de los reyes fuese algo tan hermoso. Si antes creía que Arendele era lo más hermoso esto debo multiplicarlo por cien. Calles de rocas delicadas que crujen cada vez que rodamos sobre ellas. Las casas son grandes llenas de ventantas y flores, panaderías, joyerías, herrerías, todo es tan hermoso que casi una lágrima se escapa de mi ojo por aún no creer que esté presenciando esto.

El tráfico de personas es horrible y cada que nada se van corriendo al ver los caballos y la carroza, muchas personas se nos quedan viendo y sé que le debemos impresionar. Todo el que nos mira esta bien arreglado y limpio, al contrario de todas nosotras que estamos sucias y llenas de golpes.

Luego de pasar lo que son las casas de lo que creo eran plebeyos, llegamos a la zona adinerada del lugar. Papá siempre decía que su abuelo vivía aquí y me contaba historias de cuando jugaba con otros chicos del lugar. Si antes las casas eran hermosas, ahora es el doble, riquezas y poder desprenden cada unas de ellas.

Cada casa está separada por bastante de la otra, llenas de jardines, fuentes y hasta lagos. Las mansiones saludan atrás, en su mayoría blancas y las personas que salen de ellas, son elegantes, mujeres con vestidos despampantes, llenos de perlas a esta hora de la mañana, sombreros con plumas en sus cabellos delicadamente peinados.

Todas dentro estamos centradas en todo lo que vemos, hasta que vemos las torres gigantes que porta el gran muro que separa la multitud con el castillo. Nuevamente otra de esas puertas ven mis ojos, y creo apreciar que estas son de oro. Igualmente abren dándonos paso sin pararnos. Entramos y mis ojos se asombran con la magintud de esplendor.

El inmenso castillo nos da la bienvenida, grandes jardines decoran su entrada, todo es gigante, columnas , ventanas y balcones.

Seguimos el camino por el sendero de piedra que debe ser para esclavos, hasta que llegamos justo a la parte trasera del palacio.

Dueña de sus VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora