Me duelen los pies de tanto correr, el hielo quema y arde en mis plantas pero no paro. Sigo con mucho impulso viendo el gran muro acercarse a mí. Los sonidos de los perros se escuchan atrás y no es momento para quedarse tiesa.
Impotente es la palabra que me describiría a mí. Desde que llegué a este infierno solo me he quedado inmóvil buscando vías de escape, y sufriendo lo que ningún ser humano debería padecer.
Sin embargo no es momento para eso, el gran muro hace tres yo y es mucho más grande de lo que esperaba. El árbol frondoso que está junto a grita que suba para salir.
HUIR-ESCAPAR son palabras que describen lo que hago justo ahora. Tengo amo, tengo dueño, no me pertenezco desde que me compraron y huyo para salvar mi vida.
Trepo con destreza el árbol que conecta al muro, mi salida la veo aproximarse ante mis ojos los cuales se empañan con anhelo, es mi hermosa libertad. Justo cuando ya estoy en la punta del muro para tirarme abajo, mis ojos no creen lo que ven.
Varias lágrimas desesperadas bajan por mis mejillas, me equivoqué de nuevo y otra vez dormiré en las fosas. Mis pensamientos se interrumpen por el gigante pastor alemán que se acerca a toda velocidad hacia el muro. Y comienzo a gritar cuando veo lo que va a hacer.
Salta casi a donde estoy, mis alaridos no cesan y eso hace que se le junten dos perros más y que los tres quieran lanzarme al suelo para despedazarme. Lloro y lloro pensando en mi doloroso final, jamás pensé que iba a morir siendo deborada por perros. Uno me alcanza el vestido y lo jala arrancando el pedazo que cae junto con el al suelo.
Tiemblo cuando siento aproximarse a esa persona justo donde estoy, mi comprador. Las manos no las puedo dejar quietas y no sé que me asusta más, si los perros o él porque sé que me hará pagar. Es la cuarta vez en la semana que llevo aquí, que trato de fugarme.
Cierro mis ojos imaginando la tortura que me espera, cada vez son peores, pero los abro de inmediato al sentir los colmillos de uno de los perros clavados en mi pierna derecha. Jala hacia abajo y no le hago fuerza, pues mi verdugo me mira con seriedad mientras me lanzo al suelo queriendo que termine.
Caigo desmayada y oscuridad es lo único que hay alrededor. Mi mente proyecta la última vez que la vi, ese precioso ser de ojos negros como la noche.
—Nani dime que hoy sí compartirás el pan conmigo —me ruega con esa vocecita dulce.
—Sabes que no tengo hambre pequeñuela —le insisto por décima vez.
—¿Pero cómo si mi panza no para de rugir? —me pregunta curiosa con el pedazo escaso de pan en sus diminutas manitas.
—La mía es de hierro, no necesito tanto alimento como tú porque ya soy grande. Eres una pelusa enana aún —le digo con cariño haciendo que olvide el tema y que termine con el pan.
Trago grueso porque solo he comido una patata que robé a Tomás en el pueblo, llevo casi tres días sin probar bocado y es la tercera vez en la semana que me dan golpes porque ya todos en el pueblo cuando me ven llegar saben a lo que voy. Nadie se imagina lo duro que es robar para calmar un poco el estómago y los parásitos.
Mañana intentaré ir a Lincherty, es otro pueblo que queda a cinco kilómetros de Arendele, desde que mamá y papá no regresaron del viaje no he tenido opción, no cuando se trata de alimentar a mi pequeña hermanita de tan solo tres años.
—Nani tengo sueño —me susurra al terminar de comerse el pedazo de pan.
—¿Dormimos?
—Sí Nani pero tengo frío, ¿cuándo viene mamá? —me habla la pequeña de ojos negros mientras la meso en mis brazos, para que trate de conciliar el sueño ya que afuera está nevando.
—Pronto Purple pronto —le digo repitiendo lo mismo cada vez que pregunta.
Un cubo de agua fría me hace abrir los ojos y sobresaltarme en el lugar. Los perros están ladrando fuertemente a una corta distancia de mi enseñándome los dientes, pero estan amarrados y eso me hace suspirar con tranquilidad. Toco mi cabeza porque duele y mi ojos van directo a mi pierna, sangra sin parar y no puedo dejar de llorar.
—¿Qué hago contigo esclava? —me reclama una gruesa voz.
Miro en su dirección y comienzo a temblar inconscientemente, pasa su mano con frustración por su frente y vuelve a mirarme con intensidad.
—No hay escapatoria, tras los muros hay solo barrancos estamos muy lejos de donde te compré así que basta de esto —brama a gritos.
Lloro tocando mi herida con debilidad, no me importa lo que diga porque tengo que salir. Llevo una semana aquí preocupada por Purple, no puedo rendirme y no lo haré porque está sola literalmente. Un sonido de lo que parece ser una trompeta a lo lejos me sobresalta.
—Te salvas del infiero que iba a ser de tu vida, pero te espera un abismo a donde irás justo ahora, creo que eso pagará lo que me has hecho sudar esta miserable semana basura asquerosa —espeta furioso.
Vienen varios hombres y me toman, unos por el cabello y otros por las manos, intento zafarme pero lo único que me queda cerca es la cara de uno de los hombres, mi puño impacta con su mejilla al darle un sonoro puñetazo que hace girar su rostro.
Grito ahora yo porque el que golpee me golpea con mucha más fuerza que yo, mi rostro arde pero me mantengo.
—¡Compórtate esclava! —grita y trato de tranquilizarme pues será peor.
Me jalan y apenas consigo caminar hasta llegar a lo que parece ser una carroza, la diferencia es que esta es inmensa de color opaca y sucia. Abren y se escuchan los chillidos de mujeres dentro, me asusta mucho lo que me espera porque si como dijo el comprador, es peor que aquí no quiero ni imaginar como será. Sin embargo no dejo de pensar en Purple.
Envuelvo mis rodillas con mis manos y hundo la cabeza en mis piernas, escucho sollozos y gritos de mujeres. Mi mente va otra vez a la pequeñuela de ojos negros y cabello azabache y una inmensa tristeza me invade fuertemente.
"¿Estará comiendo? ¿Se habrá terminado lo que dejé? ¿Tía Ramona la estaría tratando bien?"
—Vamos camino al castillo del Rey Esteban Adolf III —me explica una de las mujeres al lado mío ganandose la atención de las que la rodean.
—¿Cómo sabes? —inquiere otra a ellas.
—Escuché al verdugo decirlo, conoceremos al príncipe y se acabarán las palizas y los maltratos —dice con ilusión.
Algunas se ríen de la que habló y otras la critican porque obviamente debe estar mal de la cabeza. Nadie con el grado que tenemos nosotras pensaría que no recibirá malos tratos. Vivimos en una sociedad que solamente por ser mujer ya somos inferiores.
—Dicen que el que entra al castillo jamás sale con vida. —interviene otra.
—¿Por qué lo dices? —interroga una del grupo a lo lejos.
—Porque ahí habita un demonio de ojos diferentes que hace de todos sus títeres —habla la rubia de antes con un velo de misterio en su voz.
Entonces sí que me espera un lugar de tormentos, pero trataré de salir.
Yo lo juro por Purple, por papá y mamá.
Ese es mi objetivo.
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Aquí les traigo una nueva Historia!!!
Debo decir que realmente es todo un reto para mi escribirla. Amo las cosas antiguas y los tiempos de reyes y trajes gigantes. Así que me daré por la vena del gusto en esta historia. Jejejej
(Ojo: tendrá bastante +18)
También comentarles que este mundo solo está en mi cabeza, desde los nombres, lugares y cosas que destaque, todo está en mi mente, así que ni es en el renacimiento ni en ningún otro siglo posterior a ese.
Ya sin más espero que la disfruten!!
Me emocionan bastante este tipo de libros!!!Un besote bien grande😘
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Dueña de sus Vidas
Ficción históricaHuir es mi meta y objetivo, nada ni nadie se va a interponer en ello. Mucho menos el escuchar que no hay salida, que no hay escape. Yo deje atrás algo por lo que seguir y no importa que tan verdes sean los ojos de ese hombre egocéntrico, que me reco...