Huir es mi meta y objetivo, nada ni nadie se va a interponer en ello. Mucho menos el escuchar que no hay salida, que no hay escape.
Yo deje atrás algo por lo que seguir y no importa que tan verdes sean los ojos de ese hombre egocéntrico, que me reco...
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Sadasha
¿Cómo murió la reina?
Pues considero que no salió como esperaba pero dio resultados positivos. Gocé de ver su rostro corrompido por el miedo hacia mí e incluso disfrute de ver cómo la vida se largaba de sus ojos.
¿Cómo sucedió?
La primera semana luego de la muerte de Hanna supe sobre un supuesto viaje que haría Esteban, todo llegó a mis oídos debido a Grasiele. Ella y su redil de chicas me informaron.
Sabía que nada bueno saldría de eso pues solo debía mirarle el rostro a la madre de Esteban para notar su desprecio hacia mí.
Sus amenazas aún hacían mella en mi mente, así que percibí que cuando su hijo se marchara ella haría de las suyas.
Tomé cartas en el asunto desde que supe del viaje. La preocupación me carcomía debido al nivel que la reina tenía en el castillo, solo había una autoridad por encima de su cabeza y la misma, no estaba a mi alcance.
Sucedería lo tuviese que suceder. Pero todo se iluminó cuando hablando con mi amiga conocí los orígenes de su prometido.
Jason, hacía los panes que se traían al palacio. Él para mi sorpresa era un vigía en la capital de Los Sangre.
Vi sus manos hasta temblar cuando llegué a su panadería luego de escuchar tal información, sin preámbulos fui a lo que me importaba.
Con ayuda del prometido de mi amiga pude comunicarme desde el castillo con ese clan al cuál quiera o no estaba vinculada.
Esperé días con los nervios a flor de piel, porque cada vez se acercaba más la partida del príncipe y no tenía respaldo alguno. Los Sangre no respondieron mi carta rápidamente, demoraron varios días hasta que llegó la respuesta a mis manos.
«En la próxima compra de esclavas para el castillo deberás demostrar si eres o no de los nuestros»
Solo eso respondieron. La carroza de esclavas llegó dos días antes de Esteban irse. Para mí asombro me encontré con un hombre del clan disfrazado de guardia. Ante Jason y él, probé mi valía como uno de ellos.
Asesiné fríamente a una de las esclavas traídas qué singularmente no estaba en la lista de compra, y que era una rehén de Los Sangre.
Por eso se llaman así, porque solo los que tienen su sangre son capaces de asesinar sin piedad alguna. Debido a eso se proclamaron así: Los Sangre.
El bandido disfrazado leyó mi carta de información donde estaban los nombres de mis padres, vi sorpresa en sus ojos, más no opinó nada al respecto.
Solo me dijo cinco palabras exactamente:
«Estarás protegida fuera del castillo»
Asentí y tras eso llegó la partida de mi príncipe. Lloré de forma genuina por primera vez, porque temía verle por última vez. Lloré cuando me propuso matrimonio y me dio el anillo como muestra de nuestro amor.