Chapter 23

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Sadasha

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Sadasha

El castillo está de luto por los actos cometidos de Hanna. Ya hace tres semanas del suceso aquel , se le dio muerte a ella junto con el guardia. Sus padres fueron degradados a la peor de las clases sociales, el título de duques les fue retirado a su linaje. Andan pidiendo limosna en las calle junto a los mendigos.

Mi panza no para de crecer, junto a Grasiele y Elena que siempre vienen a verme e incluso nombré a mi amiga mi esclava personal. Está junto a mí todo el tiempo y no puedo estar más que contenta. Todo está saliendo positivamente , con Esteban he bajado junto a los reyes a desayunar y cenar todos los días.

Nadie en la mesa pone palabras amenas para conversar, pero ya me he ido adaptando. De Hanna nadie ninguno de los reyes dice nada. Eso afectó bastante a todos, asombró y perplejó a cada uno de los aristócratas y plebellos.

Justo hoy recién amanece y Esteban tras levantarse lo primero que me dice es que viajará. Al menos unas semanas durará el vieje. Estoy realmente nerviosa desde que me comentó eso. No quiero estar sola por ningún motivo y junto a él no puedo estar. Es un viaje largo y necesitaré muchas cosas en mi estado, aparte de las revisiones semanales que me hace el doctor. Según Esteban es imposible para mí acompañarle.

Bajo a desayunar luego de arreglarme y tomo si asiento habitual. Él me dedica una preciosa sonrisa.

—¿Ya lo tienes todo listo? —pregunta el rey.

Siento al príncipe tragar rápido para responderle.

—Sí padre, dentro de una hora partiré.

Tras el rey asentir todo vuelve a silenciarse. Termina el desayuno y él me lleva de la mano hasta el precioso invernadero del ala norte. Al llegar el delicioso aroma me envuelve, inhalo con fuerza al sentir las rosas , girasoles, gladiolos, gardenias , claveles y muchas flores más.

—Sabes que te amo ¿verdad? —habla mirándome a los ojos.

Una amplia sonrisa se estampa en mis labios y asiento.

—Odio estar tanto tiempo lejos de ti, pero no tengo otra opción, acá dos de mis guardias personales estarán cuidando de ti en todo momento. Puedes escribirme cartas , que con gusto las leeré. Quiero saber de ti y de mi pequeño todos los días.

Bajo mi cabeza con tristeza ante sus palabras, pero él toma rápido mi mentón elevándola nuevamente. Mis ojos nublados por las lágrimas a punto de desbordarse le ven.

—Te voy a extrañar —susurro con la voz rota y rompo a llorar.

Él me envuelve entre sus brazos y su olor me rodea y hace que me vaya tranquilizando poco a poco.

—Te amo tanto que no sé que haría sin ti pequeña revoltosa —murmura con dulzura y deposita un tierno beso en mis labios.

—¿Cuánto demorarás? —balbuceo entre sollozos.

Dueña de sus VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora