Capítulo 8

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Despertó completamente renovado, la infusión de lavanda lo hizo dormir mejor que nunca y los pocos achaques que tenía su cuerpo desaparecieron como si nunca los hubiera tenido en primer lugar. Apenas se estaba estirando para comenzar con su día, cuando escuchó toques en su puerta, al dar permiso para entrar, un rostro desconocido se asomó empujando un carrito.

—Buenos días, príncipe Taehyung. Mi nombre es Gam Areum y he sido asignada como su dama de compañía para asistirle en lo que necesite durante su estancia en el castillo. —Saludó inclinándose— El rey Jungkook le ha enviado el desayuno con la intención de que no tenga que salir de la habitación y realizar esfuerzo extra. Puedo acomodar una mesa para usted en el balcón si así lo desea.

'¿Esfuerzo?' pensó, el esfuerzo más grande que haría sería bajar unas cuantas escaleras. No cuestionó a su nueva dama, solo seguía las órdenes de un rey a su parecer un poco dramático. Asintió frente a la opción que le dio Areum y se levantó para cepillar sus dientes.

Cuando salió del baño vio que la dama de compañía se encontraba esperándolo en el balcón al lado de su desayuno ya servido sobre una mesa individual bajo la sombra que proporcionaba el techo algo salido. Le sonrió antes de tomar asiento.

—Gracias, Areum. Encantado de conocerte y de recibir tu ayuda en los próximos días. —Pronunció antes de empezar a desayunar.

—Es un placer, alteza. Si no requiere de mis servicios, me retiraré para brindarle privacidad durante su desayuno.

Taehyung agradeció con una sonrisa más amplia y se enfocó en comer el gran desayuno frente a él; tortillas con verduras, tofu con salsa de soja, arroz cocido con frijoles rojos y un poco de kimchi. A un lado tenía un vaso de lo que dedujo era leche de fresa acompañada con una rebanada de bizcocho de coco. Sus ojos se iluminaban con la cantidad y variedad de alimentos, degustando con emoción cada uno. Si seguía comiendo así todos loa días, subiría rápidamente de peso, más le restó importancia poniendo como prioridad su disfrute.

Pronto terminó y fue a tomar una ducha y se vistió rápidamente, optando por un pantalón de vestir negro ajustado a su cintura y una camisa blanca con volantes en el pecho y mangas anchas con un delicado bordado en los puños de color rojo.
Se encontraba sentado en el gran tocador, dando los últimos toques a su cabello cuando la puerta del cuarto fue abierta después de tres toques, dejando pasar al rey con una tacita sobre un pequeño plato.

—Buenos días, príncipe. He venido a asegurarme que hayas dormido bien y a entregarte otra infusión. —Anunció con el característico brillo en sus ojos, estirando sus brazos para entregarle la bebida caliente de ginseng.

—Gracias, rey Jeon. La bebida que trajo anoche funcionó muy bien. Me he despertado sin ningún malestar. —Dijo, ganándose la misma sonrisa que la noche anterior cuando alagó su comida.

—Encantado de escuchar eso. —Sus labios se relajaron, pero su sonrisa seguía presente en sus ojos. —También vine a informarle que mi hermano, el rey Seokjin ha anunciado su visita a la hora del almuerzo. Quiere hablar contigo.

Su rostro se llenó de felicidad al escuchar de la visita de su primo. Estaba preocupado del aburrirse ese día al no tener nada que hacer, pero su querido primo llegaría al rescate. Jungkook vio como los ojos del castaño se iluminaron y una sonrisa se asomaba en sus labios; deseó haber sido la causa directa de aquello.

—Beberé la infusión. Le agradezco sus cuidados y preocupación. —Tomó la tacita en sus manos y esperó que el rey se retirará después de un corto silencio.

—No tienes nada que agradecer. Es mi deber cuidar de ti. —Captando la solicitud silenciosa para que saliera de la habitación, miró por última vez al castaño, apretando sus manos en puños frente a la necesidad de acercarse, pero reprimiendo sus impulsos se fue sin despedirse.

El Rey Doncel | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora