Había llegado la hora de su almuerzo con el rey, su piel vibraba con emoción por el tiempo a solas que pasaría con él y el pensamiento de que sería la última vez en una semana. Eligió un atuendo simple similar al del día anterior, con la adición de un corsé cinturilla, un tono más claro que su pantalón, abrazándola estrechez de su abdomen y acentuando el volumen de su cadera. Tuvo un conflicto al observarse en el espejo y pensar que aquella adición era para llamar la atención del pelinegro, pero su lado más terco le hizo descartar el pensamiento y afirmando que solo lo había hecho porque le gustaba como se veía. También resaltó los rasgos naturales de su rostro con un poco de maquillaje, coloreando levemente sus labios y agregando un toque de brillo en la esquina interna de sus ojos más una sombra café en la cuenca para añadir profundidad.
En el camino hacia la primera planta y a medida que bajaba cada escalón, su entusiasmo por probar la comida, el otro aumentaba y lo ponía ansioso. Cuando pasó las puertas del gran comedor, se encontró al rey, acomodando los platillos a su gusto, girando en el momento que sintió la presencia del castaño. Lo primero que notó Taehyung fue el uniforme militar de Jungkook que consistía en un pantalón carmesí y una bata blanca con hombreras de un dorado oscuro, decorada con su cordón de mando hecho en oro y sus condecoraciones en el lado izquierdo de su pecho. Una hilera de 8 pares de botones iban desde su cuello hasta el fin de su torso con un cinturón dorado de gala acentuando su cintura. El cuello y los puños iba a juego con bordados en hilos rojos y dorados, y el característico símbolo del reino de Busan en el lado derecho de su pecho. Creyó que iría a una reunión, no a un posible combate.
—Taehyung, has bajado rápido —dijo algo sorprendido pero con una pequeña sonrisa, su mirada fija en el rostro del príncipe—. Por favor toma asiento, la comida sigue caliente. —Sacó el asiento en la punta de la mesa para él, ayudándolo a sentarse y a acomodarse.
—Todo se ve delicioso. —Elevó su mirada para ver al pelinegro con una sonrisita— Extrañaré su comida cuando no esté.
El corazón de Jungkook dio un brinco con lo dicho por Taehyung, sus mejillas doliendo por contraerse y sonreír mostrando sus perlados dientes, y sus cuerdas vocales temblando por soltar una corta risa; hizo lo mejor de sí para mantenerse al margen.
Taehyung, por su lado, quedó algo confundido por la falta de reacción del rey ante su atuendo. Siempre recibía halagos cuando usaba corsés ajustados, más el pelinegro no había dedicado una sola mirada a su figura desde que entró. Se preguntó si tal vez no le gustó su elección de prendas.
Jungkook trataba de controlar el frenesí en su interior al estar frente al castaño luciendo tan hermoso como siempre. Luchó con todas sus fuerzas para que sus ojos no se desviaran descaradamente por la silueta del príncipe y quedar como un hombre superficial. Sin embargo, su voluntad flaqueó cuando estuvo detrás del doncel para acomodar su silla, sus manos picando con el recuerdo de la cintura bajo sus dedos el día del baile. Fue fácil para él distraerse en los ojos almendrados del otro, notando cómo los brillitos en cada esquina le daban ese aire casi angelical que parecía desprender a todo momento, más la determinación palpitante en sus orbes le recordaban su fortaleza.
—Decidí continuar con la cocina francesa e hice dos platos sencillos. —Explicó sentándose al lado del príncipe— Como primer plato está un soufflé de queso acompañado con un poco de pan de ajo, y como plato fuerte hice una Merluza a la beurre blanc junto con unas papas horneadas y un poco de ensalada nicoise —terminó, orgulloso de su elección.
Taehyung escuchó atento y sintió sus glándulas salivales ponerse en acción, imaginando el sabor de cada cosa que describía el pelinegro. Notó que Jungkook parecía estar esperando a que tomara el primer bocado para empezar él mismo a comer, por lo que no tardó en tomar la cuchara al frente suyo y probar el soufflé de queso, reprimiendo el sonido de aprobación que amenazaba con salir de su boca. El rey sonrió internamente al ver la expresión de gusto del castaño, y contento empezó a comer.
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El Rey Doncel | Kookv
Romance"Me parece que no he escuchado tu voz en toda la noche." Su mirada bajó posando su atención en los labios en forma de corazón del castaño durante un milisegundo. "Mis palabras están reservadas para aquellos que sean merecedores de recibirlas." Dijo...